18/10/22

5 POEMAS AL PORTUGUÉS




Estamos bem com o frágil sol
do amanhecer

O céu, este céu, no mezanino
onde descansam nossos pés ¿Tem
luz, lá, no jardim dos ciprestes?
¿Ou é aqui que a lua
como ramo de janeiro desaparece
frente à cabeleira do mar?

Não envelhece este momento
Ou o tomas ou o deixas

Mas não envelhece

        Estamos bien con el frágil sol
        del amanecer

        El cielo, este cielo, en el altillo
        donde descansan nuestros pies ¿Hay
        luz, allá, en el jardín de los cipreses?
        ¿O es acá que la luna
        como rama de enero desaparece
        ante la cabellera del mar?

        No envejece este momento
        Lo tomas o lo dejas

        Pero no envejece


Nos dias escassos sai
com a bolsa das ordens
e penetra no bosque
Recolhe abacaxis, cascas, ramos pequenos
A bolsa em seu interior contém bolsas
                    vazias
e enche-as de madeiras
             secas
como unhas humanas
       pelos
feridas que abandona
Pensa
e regressa com suas mãos
repletas de um esplendor
que junto ao vento de outro amanhecer
                    soprará

         En los días escasos sale
        con la bolsa de los mandados
        y penetra en el bosque
        Recoge piñas, cortezas, ramas pequeñas
        La bolsa en su interior contiene bolsas
                            vacías
        y las llena de maderas
                     secas
        como uñas humanas
               pelos
        heridas que abandona
        Piensa
        y regresa con sus manos
        repletas de un esplendor
        que junto al viento de otro amanecer
                            soplará


Foge do calor das moscas
Tem uma porta de entrada
Atravessa e desaparece a porta
Tem uma exposição de pinturas
Tem um único retrato de uma artista que regressa
Para decifrá-la se senta em um tamborete
Vê seu corpo como um Buda na areia
Vê suas mãos que abraçam
Vê seus óculos grandes
Vê seus olhos escuros e belos
Não consegue sair desse lugar
Um dia verá crescer até o alto dela
e a beijará
e ficará
no centro mesmo de seu frio

        Huye del calor de las moscas
        Hay una puerta de entrada
        La traspasa y desaparece la puerta
        Hay una exposición de pinturas
        Hay un solo retrato de una artista que regresa
        Para descifrarla se sienta en un taburete
        Ve su cuerpo como un Buda en la arena
        Ve sus manos que abrazan
        Ve sus anteojos grandes
        Ve sus ojos oscuros y bellos
        No puede salir de ese lugar
        Un día se verá crecer hasta lo alto de ella
        y la besará
        y se quedará
        en el centro mismo de su frío


Não pode ficar nu
debaixo da árvore de noite
Necessita meias
uma calça fresca
uma camisa e cobrir a cabeça
porque caem 
se arrastram
bichos
na noite
uma lesma grudou na pele dele
uma aranha picou-o entre as pernas
uma gata peluda passou por seu peito
e sobre o chapéu
gotas do exprimido
Não se pode estar seguro de noite
debaixo da árvore
Como caem os bichos cai eo mundo
Nos devoramos entre nós
até que não haja mais
o que devorar

        No puede estar desnudo
        bajo el árbol de noche
        Necesita medias
        un pantalón fresco
        una remera y cubrirse la cabeza
        porque caen 
        se arrastran
        bichos
        en la noche
        una babosa se le pegó en el pie
        una araña lo picó en la entrepierna
        una gata peluda transitó por su pecho
        y sobre el sombrero
        gotas de lo exprimido
        No se puede estar seguro en la noche
        bajo el árbol
        Como caen los bichos cae el mundo
        Nos devoramos entre nosotros
        hasta que no haya más
        que devorar


Chega de olhar o jardim
babosas
bolinhas
insetos
uma barata que acabou de pisar
Matar os bichos?
É melhor irem embora
que fujam deste homem
que não os quer perto
que não deseja mirá-los
que gostaria de serem parecidos com eles
tanto
no reflexo do charco de água

        Basta de mirar el jardín
        babosas
        bolitas
        insectos
        una cucaracha que acabo de pisar
        ¿Matar los bichos?
        Es mejor que se vayan
        que huyan de este hombre
        que no los desea cerca
        que no quiere mirarlos
        que quisiera no parecerse a ellos
        tanto
        en el reflejo del charco de agua


En este enlace el sitio de Antonio Miranda. Gracias 
http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/argentina/JOSE%20MARIA%20PALLAORO.html

11/10/22

X EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL VAPOESÍA ARGENTINA



X EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL VAPOESÍA ARGENTINA

Festival Internacional VaPoesía Argentina - Literatura e Inclusión / Directores: Marta Miranda y Ricardo Rojas Ayrala / Asistente de Producción: Noelia Andía -Patrcia Djamkotchian / Producción: Marcela Padlvaski / Arte: Sergio Aballay

Desde su primera edición en el año 2013, este festival poético está destinado a niños, jóvenes y adultos de barrios y comunas alejadas de los centros urbanos y/o en situación de riesgo social. Haciendo eje en la responsabilidad social que tiene cada uno de nosotros en tanto ciudadano, creemos que los escritores no pueden estar al margen de la misma y por lo tanto pensamos una actividad en la cual los mismos desde su labor artística, asuman la responsabilidad y el compromiso con el resto de la comunidad compartiendo su oficio para que constituya una herramienta de inclusión y un incentivo para estos niños, adolescentes y adultos que participan de las actividades. Para ello trasladamos a escritores locales y extranjeros invitados especialmente para la actividad, a escuelas, centros de detención, comedores comunitarios, refugios y poblaciones originarias. Desde esta perspectiva la literatura se transforma en una herramienta más para la inclusión social llevándola hasta aquellos lugares con menores posibilidades de acceso a ésta experiencia. La palabra es nuestro medio de socialización y de comunicación con los otros. La escritura también lo es de una manera poderosa y vital, pues nos permite desde la intimidad de la reflexión, acceder a nuestros pensamientos más profundos y posteriormente compartirlos con el otro. La idea de transformar la literatura en herramienta de inclusión social va de la mano de estas ideas porque todos, en todos los estratos sociales y geografías, tenemos algo para decir. Si esto mismo nos lo dice una persona que hace de su escritura su vida, esta frase tiene un significado poderoso y movilizador. Llevando a los trabajadores de la palabra a estos encuentros, VaPoesía crea el espacio para que la comunicación y la magia sucedan.
VaPoesía Argentina forma parte del Corredor Cultural Poesía en Tránsito, que hermana festivales de similares características en los países de México, Costa Rica y España.


José María Pallaoro, poeta participante 
de la X edición del Festival Internacional VaPoesía Argentina

JOSÉ MARÍA PALLAORO nació en City Bell / La Plata en 1959. Fundó y dirigió la revista de poesía El espiniyo. Editor de Libros de la Talita Dorada. Coordina en La Plata y en City Bell talleres de lectura y escritura creativa. Administra, entre otros, los blogs poéticos literarios Aromito, Poesía La Plata, Poesía y Política, Poesía City Bell. En dos blogs personales (El sol de una mejor oportunidad y Los ojos) podemos leer parte de su trabajo como poeta y escritor. Publicó plaquetas, cuadernos y más de diez libros de poemas. Algunos títulos editados: Antología breve (2016); El flautista de City Bell (2015); Son dos los que danzan (2005 y 2012; traducido al italiano y esloveno: Sono due quelli che danzano / Ples v dvoje, edición bilingüe, editado por Mediterránea, Centro di Studi Inerculturali, Dipartimento di Studi Umanistici, Università di Trieste, Italia, 2013). Correo-e: jmpallaoro@gmail.com 
/ Foto: Delfina Lascano Vedia


POEMAS JOSÉ MARÍA PALLAORO

Estamos bien con el frágil sol 
del amanecer

El cielo, este cielo, en el altillo 
donde descansan nuestros pies ¿Hay 
luz, allá, en el jardín de los cipreses?
¿O es acá que la luna 
como rama de enero desaparece 
ante la cabellera del mar?

No envejece este momento
Lo tomas o lo dejas

Pero no envejece


En los días escasos sale 
con la bolsa de los mandados 
y penetra en el bosque 
Recoge piñas, cortezas, ramas pequeñas
La bolsa en su interior contiene bolsas 
vacías
y las llena de maderas
secas 
como uñas humanas
pelos
heridas que abandona
Piensa 
y regresa con sus manos 
repletas de un esplendor 
que junto al viento de otro amanecer 
soplará


Huye del calor de las moscas
Hay una puerta de entrada
La traspasa y desaparece la puerta
Hay una exposición de pinturas
Hay un solo retrato de una artista que regresa
Para descifrarla se sienta en un taburete
Ve su cuerpo como un Buda en la arena
Ve sus manos que abrazan
Ve sus anteojos grandes
Ve sus ojos oscuros y bellos 
No puede salir de ese lugar
Un día se verá crecer hasta lo alto de ella
y la besará
y se quedará 
en el centro mismo de su frío


No puede estar desnudo 
bajo el árbol de noche 
Necesita medias 
un pantalón fresco 
una remera y cubrirse la cabeza 
porque caen  
se arrastran 
bichos 
en la noche 
una babosa se le pegó en el pie 
una araña lo picó en la entrepierna 
una gata peluda transitó por su pecho 
y sobre el sombrero 
gotas de lo exprimido
No se puede estar seguro en la noche 
bajo el árbol 
Como caen los bichos cae el mundo 
Nos devoramos entre nosotros 
hasta que no haya más 
que devorar 


Basta de mirar el jardín 
babosas 
bolitas 
insectos 
una cucaracha que acabo de pisar
¿Matar los bichos? 
Es mejor que se vayan 
que huyan de este hombre 
que no los desea cerca 
que no quiere mirarlos 
que quisiera no parecerse a ellos 
tanto 
en el reflejo del charco de agua 


Mis poetas favoritos

     Una tarde, en la cama, me preguntaste cuáles eran mis poetas favoritos. Me quedé pensando, un instante largo. Luego, miré nuestros cuerpos, mi pecho pegado a tu espalda, te abracé, besé tu cuello, y te fui diciendo mis poetas favoritos, te los decía al oído, muy suave te los decía, “ayudame” te pedí, y pasaste tu mano por entre mis piernas, y me moví, despacio me moví, los dos curiosos, suspirando y jadeando, por mis poetas favoritos, hasta inundar la tarde con sus versos, y los nuestros que se escribían en ese atardecer, ahora 


La enredadera

Las rejas desaparecen

Es indudable que ese jazmín crece
para recordarnos
que la belleza es
aún posible

Dentro de pocos días
sus flores perfumarán

la intimidad de esta habitación
donde consumo mis horas

en busca de un tesoro que no encuentro
y que no sé si existe

8/10/22

Canción




Canción

Estuve fuera de casa 
caminando por calles de tierra y asfalto
En estos días
en estos días me puse a pensar 
acerca de las cosas que nos unen 
y las que nos separan
Pero hay algo extraño en todo esto
hace un rato te conocí 
y charlamos y charlamos 
lo que tal vez mañana nos reencuentre
Sé -es muy difícil arriesgarse en estos días
en estos días seguiré caminando hasta encontrarte 
o decidas escribirme -en eso quedamos 
antes de conocernos y decir 
no perdamos el tiempo
Lo estuve perdiendo en todos estos días
y ahora que te encontré -en estos días
en estos días -vuelve pronto. 


“Canción”, City Bell, 7-10-2014 / A partir del tema de Jackson Browne, “These Days” / Foto: Cuaderno cuadriculado y birome negra, jmp / 


8/8/22

LECTURA EN MIS POETAS CONTEMPORÁNEOS domingo 14 de agosto a las 20 horas


LECTURA EN MIS POETAS CONTEMPORÁNEOS

Domingo 14 de agosto a las 20 horas

 

Con Gustavo Tisocco,

Laura Fuksman, Tina Elorriaga,

Águeda Franco y José María Pallaoro

12/4/22

EL ESPINIYO revista de poesía de las cuatro estaciones en AHIRA (Archivo Histórico de Revistas Argentinas)

Soledad Quereilhac y José María Pallaoro


EL ESPINIYO revista de poesía de las cuatro estaciones 
en AHIRA (Archivo Histórico de de Revistas Argentinas) 


*
     El Espiniyo. Revista de poesía de las cuatro estaciones publicó seis números entre 2005 y 2007. Dirigida por el poeta y periodista cultural José María Pallaoro, y editada por el sello Libros de la talita dorada, buscó ser un espacio de reunión y de circulación de la poesía en las ciudades de La Plata, City Bell y sus alrededores. Sin adscribir “a ningún grupo, movimiento o poética” ni a “ninguna capilla literaria” –como señaló Pallaoro en la presentación de la revista, en la Biblioteca López Merino–, El Espiniyo buscó publicar a poetas noveles y consagrados, y llegar a un público algo más amplio que a los habituales lectores de poesía. Sus ejemplares se exhibían en los quioscos de diarios y revistas, junto con las publicaciones “sobre pesca, tejidos de invierno, mecánica del automóvil, decoración, autoayuda”, como celebró Raquel Sinelli en el mismo evento de la presentación.

     Interesada por los poetas platenses, pero abierta también a otras firmas argentinas y de la región, la revista solía incluir una larga entrevista a un o una poeta, acompañada por textos por lo general inéditos. La elección de su nombre, que remite a una planta autóctona pero también al poema “El espinillo”, de Edgar Bayley (que funciona como la Editorial del número 1), así como la pequeña intervención gramatical que reemplaza la “ll” por la rioplatense “y”, sintetizan esa apuesta de la revista por la cultura vernácula.

     En su último número doble, se incluyó un homenaje a una de sus permanentes colaboradoras, la lingüista, traductora y poeta Irina Bogdaschevski, quien tradujo ensayos y poemas del ruso, y publicó sus propios textos. El material de la revista se completaba con una gran cantidad de poemas inéditos, ensayos críticos escritos por periodistas culturales y egresados de la carrera de Letras, reseñas de libros y un correo de lectores. Colaboraron en El Espiniyo con variada frecuencia Néstor Mux, Horacio Fiebelkorn, Guillermo Pilía, Alejandro Fontenla y Matías Fittipaldi, entre otros.

     Agradecemos al ex director de El Espiniyo, José María Pallaoro, su gentil préstamo de los ejemplares para la digitalización.

Presentación de la revista
Soledad Quereilhac

El Espiniyo
Director: José María Pallaoro
Editor: Libros de la Talita Dorada
Consejo de redacción: César Cantoni y Néstor Mux (sólo en nro. 2)
Secretaria de redacción: Margarita Torres (sólo en nros. 5-6)
Lugar de edición: City Bell, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Fecha de publicación: otoño de 2005-otoño de 2007
Cantidad de números: 6 (números 5 y 6 se publican juntos)
Dimensiones: 28 x 20 cm
Páginas: entre 24 y 40
Digitalización: Soledad Quereilhac

29/1/22

José María Pallaoro en revista Cultura Argentina enero de 2022




Blog
Aromito 

Escribí en junio de 2008: “El espiniyo se hizo AROMITO. Es una buena manera de decir que El espiniyo se toma un descanso. Hasta nueva ventura la revista de las cuatro estaciones como buena hermanita mayor compartirá poemas, libros, artículos, ensayos, sueños, ideas. “Un árbol sin hojas que da sombra” dijo Gelman de la poesía. Nace pequeña la sombra del AROMITO, tal vez. Pero crecerá, seguro, porque todo lo que se hace con amor, pasión, crece como "cielo o piel, silencio o verdad". Ojalá que los lectores, los amigos, nos acompañen”. En ese número cero de junio de 2008 homenajeamos a las MADRES, y también decíamos: “Sabemos que la democracia en nuestro país está amenazada (algunos no lo quieren ver así). No hacemos la vista gorda (o la vaca, en este caso) de lo que nos pasa. Los que más tienen quieren tener más. Y no es justo. La poesía y los poetas nunca han sido ajenos a la realidad, por eso muchos han entregado sus vidas intentando transformarla. ¿Es necesario que mencione a Bustos, Favero, Santoro, Urondo, algunos de nuestros más queridos compañeros poetas asesinados o caídos combatiendo a la última dictadura militar?”. 
Pasaron los años, y la situación es similar. Los grupos financieros a través de sus medios de “comunicación” desestabilizan la democracia, quieren domesticarla, nos colman de noticias falsas, nos quieren sumir en el desencanto y la derrota. 
Demasiado dolor en estos últimos años. En la primer pandemia que fue el macrismo. Las segunda a punto de cumplir dos años. Demasiadas pérdidas. Los cuerpos, los nuestros, que generan enfermedades. 
AROMITO intentó continuar a El espiniyo, no fue así. Se convirtió en un espacio que se nutre de mis lecturas, la de mi biblioteca. Tipeo (salvo algunas salvedades) los textos que leo en libros, plaquetas, cuadernos, revistas, suplementos… Cientos de esos textos “subidos” por primera vez a internet. Subo una pequeña parte de mis lecturas (que también nutren a otros blogs: Poesía La Plata, Poesía y Política, Poesía City Bell, Lo de Pallaoro, Mundo despierto, Libros de la talita dorada…; dos blogs personales, Los ojos y El sol de una mejor oportunidad). 
Hay más para contar, ni el momento ni el contexto me lo permite. Ojalá puedan visitar AROMITO, una parte de mí vive, habita ese espacio-hogar.


POEMAS

Laberinto
 
     No hay laberintos por elevación. Escribir es la única salida.


*
Arriba, lo real
Abajo, lo irreal

¿Y en el centro?
La red

donde yo te pesco
donde vos me pescás

donde el inmenso pájaro piensa
si caer sobre los dos

si dejarnos vivir abrazados aquí
en esta brisa que nos enciende


Ella escribe en la playa, escribe 
en su cuaderno de arena
Escribe indiferente 
a la marea que sube, 
a la marea que baja, escribe 
con sus piernas entrelazadas 

hasta que el atardecer no está 
y la noche amiga con su pelo 
En ese instante, se levanta y se va 
sin el cuaderno de arena, vuelve, 
vuelve a su casa, a cobijarse 
colmando de palabras 

mi corazón


Por el sendero de piedras 
camina 
lo que existe y su realidad 

En un banco junto a la pared de hiedra 
cerca del sauce y de la glicina 
y del membrillero frutado de insectos

la contemplación 

se plena de ternura 

y
has llegado


Las tacuaritas azules unen 
sus picos en la rama alta
y se dejan caer 

a la humedad de la lengua 
al gemido de las palabras 


En los días escasos sale 
con la bolsa de los mandados 
y penetra en el bosque 
Recoge piñas, cortezas, ramas pequeñas
La bolsa en su interior contiene bolsas 
vacías
y las llena de maderas
secas 
como uñas humanas
pelos
heridas que abandona
Piensa 
y regresa con sus manos 
repletas de un esplendor 
que junto al viento de otro amanecer 
soplará


Una mariposa en la máquina de coser 
con techo de corteza de árbol apolillado 
En lo azaroso una pava que fue y adorna 
la puerta del gallinero entrampada 
con la glicina y el ligustro 
y la manzanilla y los sillones 
y el sillón 
en el que sentado observo
una mariposa que ya no está


Huye del calor de las moscas
Hay una puerta de entrada
La traspasa y desaparece la puerta
Hay una exposición de pinturas
Hay un solo retrato de una artista que regresa
Para descifrarla se sienta en un taburete
Ve su cuerpo como un Buda en la arena
Ve sus manos que abrazan
Ve sus anteojos grandes
Ve sus ojos oscuros y bellos 
No puede salir de ese lugar
Un día se verá crecer hasta lo alto de ella
y la besará
y se quedará 
en el centro mismo de su frío


De Bajo la sombra del sauce, City Bell, enero-febrero de 2020, inédito 
(dos semanas antes del inicio de la pandemia)

*


La palabra escrita
 
     En el peligro de este mundo, en la maraña más oscura, en los labios incansables, abres tus piernas y me devoras. 


6/1/22

La partida




La partida

te vas a quedar solo 
pensalo bien 
no sea cosa que a la tarde 
entres a tu anochecer 
y cierren la puerta 
de la casa que habitaste 
hasta ahora 

o no lo pienses 
quedate solo 
sin luna y sin estrellas 
a la vera del camino 
que no sabés adónde va 

a nada bueno seguro 
da el primer paso 
y el segundo 
                      es la partida 
el atravesar hacia ningún lugar 


City Bell, 6 de enero de 2022, 1/2día 

2/1/22

Poemas inéditos en Calibán




POEMAS DE JOSÉ MARÍA PALLAORO 


City Bell, 19 de noviembre de 2021, inéditos


No recuerdo el tiempo en que ingresé a esta prisión 
Yazgo solo en una pieza diminuta 
Cuando duermo los desconocidos abandonan comida 
y elementos para el aseo y un lápiz y un cuaderno de hojas blancas 
que cubro de palabras y dejo cerca de la puerta 
Cuando despierto veo el nuevo cuaderno, y un lápiz 
que me permitirá, creo y deseo, escribir lo callado 


¿Y si no me fuera permitido 
decir las palabras que quisiera? 
¿Las dejaría 
en mi pensamiento 
solas
abandonadas
sin sentido
sin voluntad de hacerse sombras 
en la página? 


Pide nada, o sea, pide en silencio lo que necesita 
Ahora en su necesidad complacida se pone las medias equivocadas 
Desde sus pies legibles crecen 
sus piernas, sus muslos, sus pechos, sus ojos 
Hermosa vos en el instante de las innecesarias palabras 


Algunos de sus dichos 
quisiera recordar, pensó 
O lo dijo en una voz tan baja 
y tan incomprensible 
que apenas pudo guardar 
en un recóndito lugar de su cabeza 
Ahí, en la que ahora se golpea 
en el intento de que caiga 
alguno de sus dichos 
alguno de esos 
que nunca la lastimaron 


Lo miró como a un extraño 
Sin embargo los últimos años 
convivieron juntos 
en la misma casa 
sin espejos en que reflejarse 
sin vislumbrar siquiera que son dos desconocidos 
que no se aguardan 
que no se esperan 
que están ahí 
uno dentro del otro 
ocupando el mismo espacio 
que siempre está vacío 


Dormíamos en el oasis 
Al despertar no te encontraba 
Amanecía en una ciudad sin nombre 
Caminaba sus calles 
Visitaba lugares 
Un parque 
Una iglesia 
Entraba 
Y veía los bancos desiertos 
Las velas sin luz 
Dormíamos en el oasis 
Y al despertar no te encontraba