LA MUJER DE MI VIDA
(1989-1991)
“Escribime un poema dijo ella
un poema de amor
Todos los poemas son poemas de
amor dije”
Raymond Carver
La instrumentista
“En el alba
de callados venenos
amanecemos
serpientes.”
Octavio Paz
A
veces me siento depositario de una sensibilidad que me aterra como en este
momento que comienzo a escuchar una flauta, pequeña seguramente por la
fragilidad del sonido; un fagot exiguo tal vez no aclare nada, si las cuerdas,
en caso de ser un clavecín de estas características, no estuvieran pulsadas por
un virtuoso instrumentista; y me deleito con la música, en una exquisita
borrachera imagino a una concertista de apacibles y deliciosas manos abrazando
un diminuto violín que bien podría ser una mandolina; la mujer es de exótica y
armónica belleza, la degusto fascinado, pero ella parece desconocer mi destino;
mientras continúa extrayendo notas de ese violonchelo cuasi humano, la mujer de
mi ensueño se renueva difuminada en la lluvia; al concluir con el último de los
acordes abandona el clavicordio sobre la desnuda habitación y levantándose con
una sonrisa de gozo desmedido se dirige a mi encuentro. Ahora una serpiente se
enrosca a mi columna vertebral, y siento mi cuerpo transfigurado en forma y
peso; la instrumentista hurga entre mis cuerdas como en un mágico theremin y
comienza a sonar el más triste de los blues.
La muralla de mi
china
«Y las
mujeres, algunas huelen
a caldo de
conejo salvaje.
Con
tostadas es rico.»
Boris Vian
Por
propia voluntad y para posible defensa construías a tu alrededor una
indestructible muralla de hinojo, pero no sabías, ni siquiera podías suponer,
las propiedades curativas del hinojo; tampoco imaginabas que entre mis posibles
aspectos puedo caracterizarme como famélico, sarnoso, blanco conejo, que como
desesperado se fue comiendo tus alrededores; y que a medida que engullía el
conejo se robusteció, y mejoraba el hígado y los riñones, además de los
pulmones y el pecho perfeccionaba la vista; y usando aceites esenciales en
suaves y delicadas frotaciones destruía la sarna: por fin cuando ya no hubo
quedado restos de la muralla, solo una pequeña, roja, hermosa flor, reinó en el
descampado; esa flor la abriste para mí, que como un súbdito caí a tus pies
enamorado.
Al natural
Desnuda subes la escalera de madera, cierro los ojos para
perpetuar la suavidad de tus pasos, el vaivén apocalíptico de tus pechos, dejar
afuera - aunque más no sea por esta noche – la ciudad y la tristeza; decidida
te acurrucarás a mi lado en un instante, en el instante preciso en el que el
cielo se abrirá a la fiesta de los cuerpos, al amor de los dos.
Lupinos bajo la lupa
Con
una potente lupa armé un diminuto y casero observatorio para no perderme ni lo
más ínfimo de tu cuerpo; esta lupa contiene dimensiones apropiadas con las que
recorro lentamente, deteniendo y analizando, cicatrices de lo bello, pelusas
aparentes (y que en realidad son amazonas en miniatura por el que viajan restos
de amantes extraviados); intensamente hidrópico me detengo a beber de un río, y
en su orilla observo plantas creídas extinguidas, y entre sus ramas pájaros no
catalogados por especialistas, y por lo tanto desconocidos; y además ciudades
percibidas, cabañitas de lo ideal con ventanas de marco impresionista para
poder entrar a mundos de la sensibilidad donde se ven pedazos de lupinos entre
las manos de mujeres de piernas perfectamente torneadas (aunque sea verdad que
la suma de todas esas perfectísimas mujeres apenas insinúan tu belleza); es
prácticamente insostenible tanto rincón de lo bello que camino bajo tu sol
intentando sacarle trocitos que iluminen, ahora que de mi laboratorio manual
voy acercando un estetoscopio a tu corazón para que palpite más fuerte, más
fuerte, ante la presencia de mí.
Cheek to cheek
Aspiro todo
me embriago
locamente
alucinado de vos
como con un tórrido
bolero de
bola de nieve
que al derretirse no
sabe mentir que
al des-
hacerse mentirnos no
sabe
me embriago
locamente
alucinado de vos
como con un tórrido
bolero de
bola de nieve
que al derretirse no
sabe mentir que
al des-
hacerse mentirnos no
sabe
Amore mio santo
En
un interminable sube y baja sus higos sobre el pecho palpitante en una danza
extraordinaria, para abruptamente correrse y lamer la dura corteza del
lubricado árbol que ahora despide rayos de infinita luz.
Los
pájaros de la vida
Sólo algunas estrellas guían
a la pequeña pasajera
que dentro de un soplo besará
al hombre
en la playa encendida
para que los pájaros de la vida
canten
canten
junto a tu pensamiento
que canta
Espejos
(...)
toda la tarde busqué entre doradas hojas inventos inverosímiles, lunas
acartonadas en sobrecitos de lo dulce que ya nadie beberá; durante la tarde interminable
hurgué con un pequeño mundodientes la desdicha repetida, los restos de una
primitiva ilusión; y solo encontré un espejo cubierto de ceniza y de horas; un
espejo de cuya morada un catirrino antropomorfo mono se escapó, haciendo
morisquetas, completamente divertido de sus mañanas travesuras. En ese
reencontrado adminículo, desde el alma desaparecida, con la paleta descolorida
de la tristeza, dibujé el rostro de la soledad una vez más (...)
Mientras te espero
me dejo estar /
sentado frente a la ventana / con el abrigo que caía / sobre tus hombros / abandonado en mis rodillas / necesitado /
de recientes y fugaces relámpagos / esclareciendo el aura en la quietud // me
dejo estar / junto a reverdecidas fragancias / ahora que la lluvia cesó / es memoria
en el cristal martelé / donde aún quedan señales / de tu nombre difuminado / en
sombras // a media mañana / me dejo estar / en la silla / cómodo / solitario /
con un libro entre las manos / un libro apenas / acariciado y abrazado /
celebrando / la ventana abierta / los pájaros / el rito cotidiano / el día / el
sol // me dejo estar / claro / despierto / con migajas de tu belleza / y de tu
sabor / desparramados por la alfombra / raída / ciertamente confiado / con el
otoño / que renacerá / al igual que / tus ojos
La veleta
Me
iré a dormir, recostado en el muro inexistente de pájaros, abrazado
salvajemente a papeles y cartones que pronto arderán; me iré a dormir con la
sola compañía de la luna, el ignorado misterio que guarda la noche; me iré a
dormir esperando al gallo cantor con su voz de nuevos vientos.
LA MUJER DE MI VIDA
La instrumentista
(1989)
La muralla de mi
china (1988)
Al natural (1991)
Lupinos bajo la lupa
(24/02/91)
Cheek to cheek (1984, r. 1989)
Amore mio santo (07/90)
Los pájaros de la vidas (20/08/90)
Espejos (1990)
Mientras te espero
(29/07/90)
La veleta (1991)
Estos poemas forman parte de La mujer de mi vida (1984-1991, inédito). DIBUJOS: Andrés Vendramín.
7 comentarios:
Me encantaron estos textos (¿poemas?), sí, creo que lo son. Saludos desde Gesell,
Margarita
Estimado José María:
Un fuerte abrazo y mis felicitaciones por tus poemas de POEMANIA único sitio que alguna vez le dio a mis poemas tal vez un inmerecido espacio. Estabas faltando José María, en un sitio como ése que ha adquirido un bien ganado prestigio.
Un abrazo
Luis Edgardo Soulé
Hola José, he leído tus poemas en la entrega de Poemanía, y la verdad es que me gustaron, te felicito, yo también escribo poesías, he publicado en alguna antologías poéticas, bueno espero podamos seguir en contacto, saludos desde Bahía Blanca.-
Claudio.-
Te felicito José María:
Excelentes minicuentos: en La instrumentista, la imagen de la mujer que pulsa el cuerpo del hombre trocado en instrumento, me pareció fascinante. Y el conejo de La muralla de mi china, recuperado por el hinojo/amor traspone la valla donde el objeto de su deseo abre su corola, ambos demuestran una creatividad que aplaudo.
Una sorpresa: el uso frecuente del punto y coma en tus textos, tan en desuso en estos tiempos. Un abrazo Martha
Hola José María.
Mirando y leyendo con interés en tus páginas web´s y blog´s, me encontré con un vídeo de Fontanarrosa. Joé, qué tío más cojonudo y divertido. http://aromitorevista.blogspot.com/
Tus dos textos los encuentro muy buenos, estupendos, para aprender de ellos y contigo. "La instrumentista" es sencillamente magnífico. Y "La muralla de mi china" es tan distinto al otro... y tanto o mejor que el anterior. Mis felicitaciones por ambos, y el parabién a todos por que estés aquí. Un cordial saludo
Aure
P.D. También te felicito por toda esa labor editorial y la revista.
me llamo gaby y si me gusta la forma de la escritura,la originalidad de sus simples trazos que son simples como su escritura pero lo dicen todo gaby de la plata
Después de casi 10 años me encuentro con estos comentarios. Nunca es tarde, creo. Los agradezco.
jm
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