KA.F.KA
Tenía el pelo ondulado y
una sonrisa arrugada en el rostro. Miraba las cosas del mundo con ojos tentados
por el espíritu vano del olvido. En las horas libres, en las que aún resuena el
barullo de la plaza, anotaba en cuadernos la evolución de la ciudad de
mandamientos perennes. En los días odiosos, se cortaba las uñas y la tristeza
era un pañuelo anudado a lo más flaco de lo sobrio e indispensable de las
tentaciones. En los días raros, la salud no bostezaba y el espíritu volvía a la
sangre y caminaba, caminaba, caminaba. En los demás días, la oscuridad en el
azote de las puertas cerradas.
City Bell, 28.08.2012
Dibujo: "Franz Kafka", Daniel Ponce
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