A MARIO TREJO
El viejo poeta descansa en
paz.
Su poesía no descansa, sigue
lamiendo la herida absurda,
la calle de los leopardos,
la entrepierna acorralada
entre labios y dientes.
No descansa, se fuma el amor
en caricias de manos
deslizándose por los pechos
hasta los dedos de los pies,
y abracadabra poema.
El viejo poeta descansa en
paz.
Su poesía no descansa,
sigue,
todavía.
City Bell, 13 de mayo
.
Foto: MT
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