En esa estrella nunca viajé
Aunque las cosas bellas están
más allá de un único pensar
En el mundar que nonos aburre
Estamos grandes para órdenes
castas y los dioses nos han dejado
por muchachos bronceados
y estáticas musculaturas
“No te olvides de devolver
el gallo a uno de los fabulosos”
Nos ponemos nerviosos
y tranquilos al mismo tiempo
y el mundo no alcanza
para regar las plantitas
quemadas por el ardiente sol
H. A. Murena que pasó por la escuela
militar y amaba a los caballos
calló en las ciento y una
el paso de Krishnamurti por Liverpool
y de una guitarreada bendecida de hierba
En estado de tristeza y felicidad
y pasado el mantra de lo que es
lo voy a meditar
en mi lugar de veraneo:
el rincón más oscuro de la casa
dentro de la asombrosa claridad
en la realidad del no tiempo
.
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