Llueve. El patio de la morocha golpea las chapas del galpón que guarda extraños papeles. Pocos saben de las palabras que acompañan las hojas de tamaños y colores di-versos, diferentes. Ahí está la clave, dice Gerry Mulligan, soplando un sonido ligero como galgo.
Llueve, mucho, torrencial de vos, y el sol sigue, distraído, como la morocha que mira el patio y las flores y un mar que brilla lejos.
Foto: Jmp
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