Ni el borrador de una vida
CENIZAS AL MAR
Cuando llegue la hora de la ceniza quiero que las esparzas al mar, en el río de la plata (en cualquier rincón de City Bell, en el jardín, cerquita de la Pacha y el Catulo, sus huesitos andan por ahí). Cuando llegue la hora (el reloj sigue detenido, pero ya le darán cuerda), no habrá pena por los libros del abandono, por apuntes y papeles sin imprimir, no importa, el cielo es azul en la inmensidad. Cuando llegue la hora, cuestión de cuerda nada más, nada importará, ni el borrador de una vida, ni el cielo, ni el mar.
City Bell, 23.10.11
Foto: Jmp
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