La poesía es enfrentarse al poder
Diagonales / Acerca de Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español
Por José María Pallaoro
LA POESÍA ES ENFRENTARSE AL
PODER [1]
En el mes de mayo de 2011 con
ediciones simultáneas en España, Nicaragua, México, Colombia y El Salvador,
nace esta antología que parte de un proyecto trasatlántico. A los ocho poetas
originales, en la edición argentina de El suri porfiado se agregan poetas de
Chile, Colombia, Perú y Argentina, cobijando, ahora, a un total de doce jóvenes
poetas nacidos entre 1980 y 1976. Desde el prólogo-manifiesto se hace una
defensa de la poesía como espacio-lugar de resistencia. Son tiempos de
incertidumbre que abarca todo: la política, la moral, la economía, las nuevas
formas de comunicación/ incomunicación, y donde las utopías parecen
desmoronarse. Muchos autores de la antología parecen marcados por esta
incertidumbre, pero ¿es comparable lo que ocurre en España con Argentina?
Creemos que no, pero sí estamos de acuerdo en que la poesía puede arrojar luz
que nos permita alcanzar algunas certidumbres necesarias. Y citan a Margarit:
"El límite de la poesía
es el de la emoción", y en este punto están de acuerdo. Los poemas
logrados conmueven, nos hacen pensar, llenan vacíos. Proclaman una poesía que
se entienda, y las palabras deben acercarse, juntarse, unirse, para que
conmuevan, para humanizarlas. Son poetas alejados de lo experimental que
oscurece, del artificio sin sentido, de los que no tienen preguntas para
hacerse y hacernos. Desconfían de aquellos escribidores subidos a un pedestal
de aire y vacío, que viven, en realidad, desparramados en el piso sin saberlo,
amparados por la frivolidad.
Son muchos los poetas admirados, incluso algunos nos generan dudas. Pero, ¿cómo
renegar de los viejos maestros? Vallejo, Machado, Neruda, Hernández, Cernuda,
Lorca…; a los que podemos agregar: Gonzalo Rojas, José Hierro, José Emilio
Pacheco, Gioconda Belli, Benjamín Prado, Jaime Gil de Biedma, Piedad Bonnett,
Luis García Montero, Claribel Alegría, hasta nuestro Jorge Boccanera.
Prácticamente todos ellos escribieron una poesía cercana a los hombres,
comprensible a hombres y mujeres, reflexionando acerca del mundo. Muchos no se
sentían escritores sino poetas que escaparon a la irracionalidad como dogma y
dejaron de lado el artificio abusivo, para que la poesía no sea la de unos
pocos entendidos, hacedores de versos estériles e incluso histéricos. No quieren
marginar la poesía, quitarle ideas y emoción. Piensan e intentan una poesía que
se enfrente al poder, y el poder de hoy invita al silencio, al disfraz, a las
máscaras de los que viven mintiendo.
Va a ser una buena
oportunidad para dialogar sobre estos temas. ¿El poema debe entenderse?, ¿debe
decir algo?, ¿el poeta posee una sensibilidad diferente, superior?, ¿es
necesario el poeta artificioso, erudito e inmerso en un océano de palabras
vacías?
Para generar el diálogo nos
acompañarán los poetas Jorge Galán (El Salvador, 1973): "Bajo mis pies el
mundo/ y bajo el mundo, los nombres de los muertos" (La adivinanza),
"Quién confiaría su alma a una tormenta?" (Race Horse); Raquel
Lanseros (España, 1973): "Huya yo del realismo encorsetado"
(Invocación), "Aprende por tu bien el arte de marcharte/ siempre un
segundo antes de que te hayan echado." (Hit the road, Jack), "Sólo
quien ha besado sabe que es inmortal" (Entonces me besaste); Carlos J.
Aldazábal (Argentina, 1974): "Esta ciudad fue fundada por la poesía:/
primero sustantivos, después verbos/ y finalmente la gracia de lo
anónimo." (Tumbas en Río Grande), "Hoy no han traído flores a este
sitio/ y la tristeza es tanta/ que uno se pone a escribir/ y así se pasa el
día." (A modo de conclusión); Ana Wajszczuk (Argentina, 1975): “…y
llorabas/ porque toda tierra/ te era inhóspita.” (Stefania, 1943), "Ahora
casi no habla/ en ningún idioma/ dice que todos los ha olvidado/ dice que el
dolor es en polaco/ y todo lo demás sobrevivencias." (Stefania, 1999);
Damsi Figueroa (Chile, 1976): "Buscó la clave, la razón de todo esto.//
Miró el reloj/ y entre dos brillos apagados/ destruyó su mundo/ tan pequeño,/
solitario y tan sencillo." (Historia del hombre de occidente); Fernando
Valverde (España, 1980): "Dentro de este poema pasa un lobo/ que deja sus
pisadas en la nieve." (Un lobo), "Y recorrer al niño/ que quiso
parecerse/ al hombre que no ha sido.// Y cada noche verle/ llorar en los
rincones.// Y cada noche oírle/ decir que lo sabía." (Madrugada); Alí Calderón
(México, 1982): "A semejanza y preciso reflejo/ no soy yo sino del otro
imagen." (Alguien que no soy yo), "Nada fui sino muerte entre las
manos/ Nunca podré colmar este silencio" (poema sin título).
Y para cerrar este breve
esbozo escrito simplemente para la espera del encuentro, unos versos de uno de
los poetas antologazos, Francisco Ruiz Uriel (Nicaragua, 1977-2010), que
decidió, definitivamente, no estar físicamente con nosotros:
“Algún día las palabras
volverán a ser hombres,/ otra vez puentes,/ huellas contra el temblor de la
vida, túneles hacia la libertad” (El poeta y los signos).
[1] Publicado en diario Diagonales, La Plata, 9 de diciembre de
2011. Presentación de Poesía ante la
incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español, (Visor Libros),
Centro Cultural Islas Malvinas, con la coordinación de Julián Axat y José María
Pallaoro.
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