Leímos
en un poema: “No puedo creer
verte
así”. Y miré
y
vi tus ojos y tu boca
y
un mar de pecas con islas de alba
donde
los nómadas moradores del desierto
danzan;
y danzamos en la arena, en sus llamas,
y
exhaustos de alcohol
abandonamos
las tiendas bajas,
nos
arrojamos al mar,
y
en el más allá del mar
el
fin del mundo, nuestra salvación.
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