17/10/10

Sin dejarse encandilar


por FLAVIO MOGETTA-POESÍA

Sin dejarse encandilar

03-10-2010 / Diario Diagonales La Plata

Cae una lluvia tan fina/ que no parece que llueve.../ Más bien es como el recuerdo/ de otra lluvia, que florece/ en la memoria de todos/ callada y súbitamente./ Más bien es como el ensueño/ del cielo, que se desteje/ sobre los árboles quietos/ del paisaje transparente./ Más bien es como una pena/ que desde las nubes vierte/ su mojada melodía/ para que en el mundo sueñen”, escribió desde el poema “Primera lluvia de otoño” el poeta platense Francisco López Merino, que a los 23 años decidió acabar con su vida. Panchito, como lo llamaban sus amigos -entre ellos Jorge Luis Borges-, es seguramente el primer gran poeta que tuvo la ciudad de La Plata. El primero de una larga tradición que se extiende hasta nuestros días y que late en los versos de Aurora Venturini, Ana Emilia Lahitte, en los poetas capitales, o de los siempre recordados Roberto Themis Speroni y Mario Porro.

Al igual que ocurre con el rock, la cantera de poesía parece nunca acabarse buena fe de ello pueden dar jóvenes como Lara Villaro o Andrés Szychowski, por citar apenas algunos. Y a sus voces deben sumársele las de José María Pallaoro, César Cantoni, Martín Raninqueo o Gustavo Caso Rosendi, que en estos días participarán en un encuentro de poesía en Rosario, evento en el que La Plata tendrá un lugar destacado. Lejos de las luminarias porteñas, los poetas platenses construyen sus versos sin dejarse encandilar por esas luces. Al fin y al cabo ¿sirven de algo? ¿Qué le puede aportar al brillante costumbrismo existencialista de Cantoni o a la sensibilidad de Pallaoro “el toque porteño”? Nada. Quizás algo más de renombre, pero de ese efímero, ya que ellos dos son invitados constantemente a participar de distintas reuniones en distintos puntos del país.

El centralismo nace en la ciudad de Buenos Aires y con él, la necesidad de creer que no se es si no se está allí. Nada más alejado de la realidad. La Plata posee un buen número de poetas, que en calidad y cantidad supera largamente a los que alberga la urbe porteña. Alguien puede alegar con buen tino que las grandes editoriales no publican nóveles, pero a ciencia cierta tampoco editan demasiada poesía hispana del mismo modo que en la carrera de Letras de la UNLP la poesía es una gran marginada. ¿Qué pueden hacer los poetas ante eso? Seguir escribiendo, seguir moviéndose, el tiempo se encargará de hacer el resto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hermosa poesía! no la conocía..
a mi me encanta leer.. pero en mi pueblo no hay muchas librerías grandes.. ahora estoy buscando hoteles economicos para hospedarme en Buenos Aires.. donde podría encontrar este tipo de libros?