MIS POETAS FAVORITOS
Una
tarde, en la cama, me preguntaste cuáles eran mis poetas favoritos. Me quedé
pensando, un instante largo. Luego, miré nuestros cuerpos, mi pecho pegado a tu
espalda, te abracé, besé tu cuello, y te fui diciendo mis poetas favoritos, te
los decía al oído, muy suave te los decía, “ayudame” te pedí, y pasaste tu mano
por entre mis piernas, y me moví, despacio me moví, los dos curiosos,
suspirando y jadeando, por mis poetas favoritos, hasta inundar la tarde con sus
versos, y los nuestros que se escribían en ese atardecer, ahora.
.