28/3/23

LA PULSEADA entrevista a JOSÉ MARÍA PALLAORO



REVISTA LA PULSEADA Política Sociedad Cultura Deportes 
AÑO 6 NÚMERO 56 DICIEMBRE DE 2007 



(Sigo encontrando material en cajas, biblioratos, carpetas… Comparto esta entrevista que me realizó Josefina López Mac Kenzie para la revista LA PULSEADA, en su número 56 de diciembre de 2007.) 

¿Cuándo, cómo y por qué surgieron El espiniyo y Libros de la talita dorada?

     Siempre tuve interés por las revistas y los libros. De chico era un ávido lector de historietas, las coleccionaba, llegué a tener cientos de ellas. Hasta que hubo un quiebre, pasé de las historietas a los libros, esto habrá sido alrededor de mis 13 o 14 años. Paralelamente estaba mi amor por la música. Mi hermano mayor (Hugo) me lleva 11 años, así que a mis 8 o 9 años ya escuchaba a Los Beatles, Creedence Clearwater Revival, José Larralde, Los Gatos, Almendra, Manal, Serrat, Los abuelos de la nada, Moris, Bob Dylan, Rolling Stones… Y descubrí la poesía. Y comencé a escribir poemas (o textos que intentaban ser poemas). Nunca llevé un Diario, sí cuadernos donde escribía letras o canciones que cantaba en soledad (nunca aprendí a tocar ningún instrumento). Algunos de esos textos formaron parte de mi primer libro El viaje circular, son escritos que abarcan el período 1973-1980, es decir, entre mis 14 y 21 años. 


     Hubo un momento que tuve necesidad de comenzar a mostrar mis cosas y también todo ese mundo que me fue maravillando durante años y que tenía necesidad de compartir. Ya tenía una biblioteca, una discoteca, una pequeña hemeroteca, muchas horas de lecturas y escuchas de música de todo tipo. Comencé a hacer radio, siempre programas culturales (literatura, poesía, música, cine, mechado con los acontecimientos culturales, sociales y políticos que nos tocó vivir). Nace también la idea de hacer una revista, tuve varios intentos que se frustraron (no eran revistas de poesía exclusivamente, yo las denominaba eco-culturales). Comienzo a hacer cursos de encuadernación, diseño gráfico, incluso estuve un tiempo en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo cursando “Diseño gráfico artístico” y “Periodismo”. Mis primeros trabajos fueron artesanales: cuadernos, plaquetas y libros de poesía. Si bien estaba la idea de hacer una revista lo primero que surge fue la editorial Libros de la talita dorada (que al comienzo era simplemente: “de la talita dorada”. Según el formato que tuviese era “Cuadernos de la talita dorada”, “Plaquetas de la talita dorada”, etc.). Conocí al poeta Mario Porro de quien me hice amigo. Fue mi maestro. Yo ya tenía publicados dos libros de poemas (el segundo es Pájaros cubiertos de ceniza). Tuvimos un intento de hacer una revista de poesía pero no pudimos lograrlo. Poco tiempo después murió. También había tomado contacto con el poeta Néstor Mux, nos hicimos amigos. Él hacía mucho tiempo que había dejado de escribir. Yo era su lector desde los 15 años, es uno de mis poetas “preferidos” (al igual que Mario). Nos juntábamos regularmente en casa a charlar de literatura, poesía, política, las cosas de la vida. 
     Quería convencerlo de trabajar en algún proyecto juntos, y surge la idea de preparar la antología Naranjos de fascinante música: poesía contemporánea de amor en La Plata. Y la hicimos. Fue un trabajo muy lindo, sobre todo los encuentros, la lectura de poemas, la selección de textos… Me parece que fue un trabajo que aún no se ha reconocido. Lo hicimos con mucho cariño hacia nuestra ciudad, fue como un pequeño regalo que quisimos hacerle (yo nací en La Plata, pero para ser sincero mi lugar en el mundo es City Bell, donde siempre viví, sobre todo el City Bell de mi infancia). Luego de la antología Néstor retoma la escritura y publicamos su Papeles a consideración, un hermoso libro. En ese momento me operan del corazón, y como seguí respirando me dije que ya no podía esperar más tiempo. Me interiorizo de los costos de hacer una revista. Veo que es factible y trato de embarcarlo a Mux en el proyecto. Y armamos la balsa: El espiniyo. El nombre de la revista surge de un hermoso poema de Edgar Bayley (que está como editorial del número 1) y también tiene que ver, al igual que Los Talas, con árboles y plantas autóctonos de nuestra región. Con Mux compartimos el gusto de muchos poetas (Joaquín Giannuzzi, Raúl Gustavo Aguirre, Francisco Urondo, Pavese, Ungaretti, Paul Eluard, muchos) y la lectura de poemas concisos, conceptuales, emotivos y claros (Bayley tiene un bello poema llamado “La claridad”). Admiramos a Sartre, a Camus.

     Juan Gelman decía que un poema sin ojos no puede cruzar la calle. Nosotros desde El espiniyo intentamos abrir los ojos para que juntos podamos cruzar la calle de nuestros sueños, deseos y pasiones, dibujando soles para poder ver el día.

¿Son proyectos vinculados a dificultades para la producción y difusión de la poesía en las condiciones imperantes en el mercado u obedecieron a un interés independiente de ello?

     Ambas cosas. Estamos fuera del “mercado” editorial. La verdad es que no sé muy bien cómo es ese tema. Nosotros somos escritores, poetas, puestos a editar. Lo que hacemos nunca va a estar en las listas de best sellers, sean estas ciertas o ficticias.

En El espiniyo n° 1 le preguntás a Horacio Preler: "¿Tiene sentido seguir escribiendo poesía en pleno sXXI?". ¿Lo tiene para vos (porque supongo que no vivís de la poesía ni de la revista), escribir y sostener dos espacios gráficos dedicados a la poesía, en un contexto social en el cual: el mercado editorial no se diferencia demasiado de las grandes cadenas de hipermercados, el soporte virtual -blogs- se posiciona cada vez más como un espacio alternativo donde publicar poesía, se dice que se lee poco en general y que se lee poca poesía? 

     Siempre va a tener sentido seguir escribiendo y, sobre todo, seguir leyendo poemas. La poesía no tiene fecha de vencimiento. Parafraseando a Miguel Ángel Bustos: “La poesía dibuja soles para que uno pueda ver el día.”

     Te vuelvo a decir que estamos fuera del mercado. Quizás por desconocimiento, desinterés, no sé. No se puede estar en todas las cosas. No somos una empresa para hacer dinero. Somos poetas puestos en el rol de divulgadores. ¿Cuántas revistas de poesía hay en el país? No tantas como las que debiera. ¿Cuántas hay en La Plata? Creo que somos la única. Sí hay, por suerte, pequeñas editoriales que editan lo que el mercado descarta. Al mercado editorial no le interesa la cultura. Prefieren publicar un solo libro y venderlo como si fuera pochocho. Pero lo mismo ocurre con la prensa cuya función central debiera servir al interés público, a la gente, y no convertirse en una empresa económica para sólo obtener ganancias. Pero las cosas están dadas así. Y nosotros intentamos dar nuestra pequeña batalla.

     Cualquier soporte para difundir cultura, ideas, arte, es bienvenido. Pero en lo personal prefiero el libro como objeto, la revista, será una cuestión generacional, no sé.

     Bueno, no soy quién para determinar si se lee poco o mucho (por el tema de los soportes de los que vos hablabas). Lo que es claro es que se leen pocos libros (de lo que sea, pero sobre todo de literatura y también poesía, simplemente hay que ver las tiradas de hoy en día, un libro que vende 1000 0 2000 ejemplares ya es un best seller). Sería interesante saber, por ejemplo, cuál es la tirada del diario Clarín y la de su revista cultural Ñ para saber qué interés hay por la “cultura”. En los últimos 30 años el país se vino a pique, y en todos los sentidos. Va a costar remontarlo de vuelta, pero esa ya es una cuestión nuestra, de nuestra lucha individual y comunitaria. Desde la revista y los libros intentamos dar un pequeño aporte. Me gusta decir que El espiniyo y Libros de la talita dorada es un espacio de lucha y reflexión. Otros lo hacen desde los DDHH, la fábrica, la universidad, el sindicato, la calle, de montones de lugares, nosotros lo hacemos desde la publicación de una revista de poesía y desde la edición de libros que consideramos necesarios.

La revista te permite darle visibilidad a un género al que le cuesta ganársela, lograr un enlace con una comunidad de lectores, golpearles la puerta a lectores no habituales y abrírselas a poetas inéditos. ¿Qué notás que vas recogiendo de todo eso en el camino desde que comenzaste con la revista?

     Amistad y agradecimiento. Y es recíproco. Nuestros lectores y colaboradores son los verdaderos hacedores de la revista, y dan vida a las diferentes secciones: Libros, ensayos, artículos, poemas inéditos, señales de vida, todo material que nos va llegando y vamos dando a conocer. Es el camino que elegimos. No sé si es el mejor o el peor. Es el elegido.

¿Sentís que sacar adelante la revista aún es "meterse en un lío" y "una aventura"?

     Lo de “meterse en un lío” es una idea de Néstor Mux. Y algo de eso hay. Pero ese lío no tiene que ver con la “poesía”. El lío en todo caso es el armado de la revista, conseguir el dinero para la edición, la distribución, el trabajo agotador con los medios que generalmente no tienen interés por la cultura. Por supuesto hay honrosas excepciones, y nosotros agradecidos.
     En cuanto si hacer la revista es una aventura, te digo que sí: es una hermosa aventura.

¿De qué vivís?

      Bueno, si te referís a si vivo de la venta de la revista o de los libros la respuesta es: No. Tengo un trabajo que me permite pagar las cuentas del diario vivir y ahorrar un poco para ir sacando cuando se puede la revista. Prácticamente no tenemos ningún tipo de apoyo económico, salvo algunos amigos que colaboran comprando anticipadamente un número x de revistas que luego regalan o distribuyen a piacere. Los colaboradores tampoco reciben dinero alguno. Trabajan para sacar esta idea adelante.

"No se consume poesía y que el género está devaluado": ¿Mito o realidad?

     Lo que está devaluado es el país, el planeta. Hay carencia de valores. No se puede “consumir” lo que se desconoce. Además la poesía la podés encontrar en otros lugares, en una canción, por ejemplo.

¿Existe un ida y vuelta, espacios de encuentro, intercambio y debate entre autores en La Plata?

     Soy bastante ermitaño, de salir poco, y además trabajo mucho. No soy de hacer muchas sociales. Tengo entendido que en La Plata hay algunos lugares donde se leen poemas. 
     En cuanto al tema del debate te diría que no. En La Plata no hay debate. Posiblemente ocurra en la mayoría de los campos. Sí sé que hay algunos autores que se reúnen a tomar el té y a charlar de sus cosas. Habría que ver también qué es lo que ocurre en los talleres de escritura, en la universidad y en otros ámbitos, pero yo lo desconozco. En todo caso si hay algún tipo de debate este no sale a la luz.

¿Creés que los medios tradicionales -radio, TV, revistas, diarios- contemplan un espacio suficiente para la poesía?

     Bueno, no tengo conocimiento de todo lo que se hace. Por supuesto que hay periodistas y escritores que desde ciertos medios y espacios comprometidos difunden poesía. Pero no son la mayoría. Igual te repito: los medios, en general, son empresas para ganar dinero. Y la poesía no se vende,… porque la poesía no se vende. 
     En los últimos tiempos ha aparecido desde la TV estatal un canal a destacar: “Encuentro”, en general con una programación maravillosa. También hay programas de radios maravillosos. Son oasis en un desierto de estupidez.

¿Existe una política cultural local, provincial y nacional que contemple la producción, circulación y traducción de poesía, para darles una mano a los autores jóvenes o a los poetas independientes? ¿Debería existir / cambiar, o se puede prescindir de ella?

     Te puedo hablar de lo que ocurre en La Plata. Y no hay apoyo de ningún tipo. A mí nunca me respondieron las cartas que he enviado. La Municipalidad de La Plata tiene una editorial y algunas cosas se han publicado pero me parece que más por una cuestión política, electoralista. Hay personas (y pienso que las debe seguir habiendo) en puestos no demasiados relevantes que han intentado hacer cosas, pero ocurre lo de siempre, cuando ven que no pueden hacer nada, se van. Y los que se quedan simplemente están para percibir un sueldo.
     Por supuesto que debería existir apoyo oficial sin ningún condicionamiento.
     Hasta el momento nosotros podemos prescindir de ella. ¡Y lo bien que hacemos!

Se dice que una editorial de las “grandes” le paga más o menos un máximo de 4 mil pesos a un escritor, joven o más o menos, en concepto de anticipo a cuenta de derechos de autor de un libro. Si suponemos que a ese autor le llevó 4 años escribir la obra, sus ganancias son muy magras… Además, la concentración del negocio editorial en pocas manos hace que sean esos colosos quienes, con publicidad y crítica, gesten la fama, las ventas, y “categoricen” a los escritores en el mercado. En El espiniyo vas un poco contra esta corriente al publicar, por ejemplo, poemas inéditos. ¿Qué ventajas o posibilidades brinda Libros de la talita dorada en este sentido? ¿Cómo tiene que hacer un autor joven que quiere aparecer en la revista o tener un libro publicado?

     Casi todo lo que se publica en la revista es inédito: las entrevistas, los comentarios de libros, los ensayos, los artículos, las traducciones, etc. Un autor, joven o no, para aparecer en la revista simplemente tiene que enviarnos su material. Lo que pasa es que con dos números anuales no podemos hacer milagros…, y sí hacer una selección de lo recibido.
     Ahora sacamos una nueva colección de poesía y dentro de poco aparece una colección de narrativa.
     En cuanto a la editorial Libros de la talita dorada desgraciadamente es el autor quien debe costearse su libro, en todo caso le va a salir mucho más barato que si lo hace en una editorial comercial ya que nosotros no tenemos fines de lucro.

¿Tenés aún el programa de radio? ¿Por qué lo hacés?

     No. En este momento no tengo ningún programa de radio, aunque colaboro con columnitas de literatura y música en programas de periodistas amigos. La radio es el medio que más me gusta. Me encanta hacer radio pero en este momento no tengo tiempo físico para hacer algo digno, preparado, como en su momento lo fue “La máquina del tiempo”, “En la vereda del sol”, “Mariposas de madera” y “La talita”. Ahora que me hacés la pregunta me vinieron las ganas de hacer algo. Vamos a pensarlo un poco.

¿Experimentaste con la publicación de poesía en soporte virtual? ¿Por qué?

     No. Si bien hay cosas que me han publicado. Es una deuda que tenemos. La verdad es que desconozco el tema. José Miguel Lanzilotta (un amigo y arquitecto muy reconocido en La Plata que se encarga del diseño de la revista) está trabajando en eso. 

¿Calma el verso tanto dolor social? ¿Enciende la memoria?

     Creo que la poesía no está para calmar dolores. Aunque John Cheever, a veces creo que irónicamente, escribió en su Diario que un bello pasaje en prosa puede curar no sólo la depresión sino también la sinusitis. Entonces, pensándolo bien, si la prosa puede hacer eso, la poesía es el mayor de los remedios. En todo caso, un poeta es un hombre peligroso ya que nos habla de las cosas que inquietan, como decía Juanele Ortiz.

¿Para quiénes escribís?

     Para mí y para todos aquellos que saben que hay otro mundo, y que ese mundo está por acá nomás. Al menos lo intento.

10/3/23

MIS POETAS CONTEMPORÁNEOS entrevista a José María Pallaoro

Pallaoro en Casa Roja / Taller La Plata



¿Qué es para usted la poesía?

     Vivimos ensayando definiciones sobre qué es la poesía. En muchos textos caí en la tentación de hurgar en esa búsqueda. 
     Gelman, cito de memoria, escribe que la poesía es un árbol sin hojas que da sombra. 
     Saer inicia por la negativa, dice que la poesía no es un río majestuoso y fértil. Y luego afirma: (la poesía) es una piedra firme en medio de la corriente que se deja pulir por el agua. 
     Hay hermosas definiciones. En todas, vislumbramos algo de claridad. 

     Tal vez el poema sea
un campo dorado
a la espera
de la lluvia

Y del viento
que mece 
los árboles

donde descansan
los pájaros
de nuestra memoria

Pallaoro circa 1975
¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

     Soy segunda generación de inmigrantes. Quisiera recordarlos, homenajearlos. 
     Mis abuelos paternos, Luigi Pallaoro y Amalia Passamani, son originarios de Pizzo y Panarotta, dos aldeas de Levico y Barco, pequeños pueblos tallados en las montañas de la provincia de Trento, en Val Sugana, al pie del río Brenta; nacieron bajo el imperio austrohúngaro. Luigi (1881-1925) llegó a nuestro país en 1896, a la edad de quince años. Amalia (1881-1981) en 1911. Se casan y tienen ocho hijos (hay mellizos y gemelos). Mi padre, Nerino, es el séptimo. Se radican primero en la provincia de Entre Ríos donde nacen todos sus hijos. En 1923 se trasladaron definitivamente a la provincia de Chaco, a “Pampa La Porteña”, en Corzuela; fueron los primeros tiroleses -trentinos- que poblaron el lugar. La chacra de mi Nona se convirtió en refugio y protección para muchos emigrantes que recibieron ayuda material y espiritual. Siguen siendo recordados por los hijos y nietos de los primeros emigrantes. Los padres de mi abuelo Luigi se llamaban Maria Paoli y Luigi Pallaoro; los padres de mi abuela Amalia, Angelica Petri y Giovanni Passamani. 
     Mis abuelos maternos, José María Cruz y María Dolores Tapia, españoles. José María nació, quizás, en Urrácal, Almería, el 29 de junio de 1896 y murió en City Bell el 5 de febrero de 1966. María Dolores Tapia nació en Olula del Río, Almería el 8 de junio de 1902 y murió en City Bell el 7 de febrero de 1978. Se casaron en 1915, ella con 13 años y él con 19. Tuvieron en 1918 un hijo en España llamado Francisco. Viajaron a Argentina en 1918 o 1919. No sé si mi abuelo y bisabuelos maternos (Alfredo Tapia y Adoración Antonia García) lo hicieron con anterioridad, aunque creo que sí. 
     Mi padre, Nerino Pallaoro, nació en Estación María Grande, departamento Paraná, Entre Ríos, el 3 de noviembre de 1919 y murió el 7 de diciembre de 2005. 
     Mi madre, Ascensión Argentina Cruz, nació en City Bell el 23 de mayo de 1926 y murió el 16 de octubre de 2013. 
     Yo nací en casa de la partera y doctora Margarita Chiani de Murad, en calle 70 nº 1130, entre 17 y 18, de la ciudad de La Plata, a las 22:10. Mi madre me contó que no recordaba porqué “fuimos tan lejos”. Alguna de mis tías tal vez tuvo algo que ver, no sé.  Creo que fue cuestión de unas horas y volvimos a casa, en City Bell. No a la casa en la que crecí, si no a una casita que mis padres alquilaban; me parece que estaba en calle 1 entre Pellegrini y Güemes. Cuando mis padres dejaron habitable la casa que estaban construyendo en calle 9 entre 17 y Sarmiento, nos mudamos. Yo tenía unos pocos meses. Ahí crecí, en un medio semirural, tambo, animales, quinta. De chico, tuve esa suerte. Escuché música, no recuerdo mi vida sin música. Y las primeras “lecturas”, aún sin saber leer, las historietas; me interesaba más que los dibujos los globitos que contenían signos extraños y que al comienzo imaginaba su significado, hasta que las palabras aparecieron, y hasta hoy siguen siendo misterio, ambigüedad, y algunas veces claridad que también me ha tentado. 
     A mis 13 años, faltaba, más o menos, un mes y medio para mis 14, estuve preso por algunas horas en una comisaría de Corrientes; el espíritu de época… No sé si fue por esta experiencia que me aislé un poco, siempre traté de ser cuidadoso en la calle. Lo que sí ocurrió es que me convirtiera en un lector casi compulsivo. 
     Hice radio. Escribí artículos para diarios y revistas. Dirigí una revista de poesía. Publiqué libros, cuadernos, plaquetas. Desconozco premios que me hayan otorgado, por lo que descarto que haya recibido alguno. (…)