23/12/16

14/11/16

El poema es el amor realizado por el deseo que ha seguido siendo deseo


LOS DOS RENÉ



En una antología bilingüe de René Char
con estudio preliminar de René Ménard
leemos “el poema es el amor realizado
por el deseo que ha seguido siendo deseo”.

Lo que el traductor no explicita
es la inexactitud de la versión
quizás por un involuntario error tipográfico.

Corrijo con lápiz en el margen derecho
las dos líneas mencionadas.


Y es otra cosa, simplemente, lo leído.



City Bell, 16.11.12

Imagen: René Ménard. Le Jugement de Paris, circa 1908.

12/11/16

Antología breve, 2016



Antología breve, 2016



.

7/11/16

Mandioca 1


Yo no dormí en ese lugar
ni en ningún otro,
desde siempre sigo despierto

y aun así no me explico
el porqué de esas flores

que cada tanto
y cada vez más lejos
dejan sobre mí.


.


Triste se va
Octubre.
Dejalo ir, que
se vaya, que
se vaya
y no pase
nada más.


.


Para eso trajimos el día,
para que te enceguezca.

Ahora traeremos la noche,
y para siempre será.


.


La mordaza ahoga
la efervescencia
de los gusanos.

Los ojos espinados
en la clarividencia
del destino.


.


El azul de la tierra
no se hace cielo.

Tapan las palas
los estertores del viento.

Arriba, polvo en el polvo,
semilla del quién sabe.




De Mandioca (Enero – diciembre de 2012).

5/11/16

Ombligos y otras habitaciones




OMBLIGOS Y OTRAS HABITACIONES
(2012-2014)


1
OMBLIGOS Y OTRAS HABITACIONES
(Junio - 0ctubre, 2012)

*

Si la luna 
se parece 
a la Luna 

no es LUNA 

SOLOSOL 
apagado 
triste

*

OSCURA PARED DEL AMANECER

Ladrillo encima de ladrillo encima de ladrillo
construí la casa. Estas cuatro paredes
me pertenecen

Y son o es, en el plural de lo singular,
el puente centrado entre las dos
orillas del jardín. Ahora el frío

no permite adentrarse al verdor de ayer
y seco áspero de hoy. Cuando el sol
suba más allá de la medianera

saldré con la bolsa de los mandados
a juntar naranjas de un lado y otro,
y al anochecer exprimiré el deseo

en cápsulas para no soñar 



Lo oscuro hace pensar la noche
Hojas desprendidas de los arbustos
arremolinan un humo esférico
engordado en sus puntas

De los dos misterios, elijo
el blanco; y si se va, el negro;
y si se va, es el amanecer


El amanecer se llenó de ombligos
Como hizo mi madre
los guardé en un frasco
inmenso de transparencia
Ahí descansan. Ahí, sumergidos,
tal vez, se abrasen

*

La maravilla es 
el encuentro, la unión de nuestros otros en todos


Más allá de los límites del sol 
otros caballos 
resisten


Ánimo. Lo contratamos al acercarse el amanecer
Las ropas se visten de nosotros y salimos


Pasamos la línea con la fortaleza de los vencidos
Lo que toque en la queda el mar lo arrastrará 
a la orilla


Llovió todo el día
Y no le importó
Nubló todo el día
Y no le importó
Nochó todo el día
Y no le importó
Soló todo el día
Y no le importó
Cuando a importarle comenzó
Otoño se lo tragó


El perfecto silencio es 
el aullido del sol 
en las campanas rotas de los días

Lamiendo la flecha, 
con tu saliva “–oh, felicidad–
desollada por el rayo”

Bebiendo los panes, 
servidos en el plato descompuesto
del poema, en el morir 

aéreo de sol aullado, 
en la luna negra

del silencio perfecto


El gato pelea con otros gatos
En el afuera, donde la noche domina, 
menos a los gatos amos y señores de un mundo sin techos


En este instante, la lluvia derrumba los corazones erguidos y ya, no, ahora, el agua desliza su fuego por, en realidad, arrastra con fuerza lo débil de lo cercano, acumula junto a la pared quebrada, ceniza aguada, turba, frío echado en el bajar donde la espera es ceguera


(En el chirriar de la puerta vuelve la noche a oscurecer)



II
ROCANROL

Blues del viento

Juancito Bluseador toma la ruta 2
en un bondi que tiene 2 piernas
y con 2 trastos que cargar
1 bolsa de dormir
1 guitarra para blusear

Juancito a la hora del máximo sudor
se detiene a descansar
y se pone a rascar la viola
algunas veces con slide

Nunca llega a ningún lugar
sabe de historia griega
y la de un río sin mar

Nunca llega y siempre está más allá
y a la hora de rockear
de sus dedos saltan chispas
como estrellas del llegar

A Johnny Winter (23 de febrero de 1944), City Bell, 23/2/12 


Pajarito pesado

No, no, la bruma no lo disipó.
Dejó saludos al Maharishi Gurú.

Como buen reventado
recorrió la ruta del blues.

Tango lo esperaba
con hierba y alcohol.

“El camino es corto
para estar

una noche sin vos”.

A Pajarito Zaguri, Rey Criollo del Rocanrol, City Bell, 5/5/12


La canción del parque

Nada, ni siquiera la lluvia, puede detener “La canción del parque”. Guitarras y vientos silban y abren los ojos a la inocencia del sol. “La canción del parque” amanece y el día es día. Otro. Múltiple. Repetible. Circular, como paisaje de la infancia. “La canción del parque” estalla en la hoguera del agua, en las olas que ya descansan sobre la arena, en las plantas que protegen del desierto, en la habitación silenciosa donde la música vibra en la nutriente de su sombra.

City Bell, 15/8/12


Rolling Stones

     Amigos vienen al mediodía a almorzar, no confirmaron aún. La idea es carne al horno, o bien, pasta. El vino está a temperatura. La casa, no. Es un buen día para encender la estufa. Junto leña del jardín y dejo todo preparado para en algún momento encender el fósforo. Y esperar a los amigos con el living-comedor al menos tibio; la comida y el alcohol harán lo suyo. Tengo un par de horas libres para sentarme arropado en el sillón. Hace tiempo no lo hago. Extraigo el disco del equipo, es uno de Bill Evans, y elijo otro al zar, de la última fila. Es de los Stones. El azar es mera fiaca de estar pensando, decidiendo. De la biblioteca saco un libro. Martín Amis: Visitando a Mrs. Nabokov y otras excursiones. Buena elección, pienso, textos breves. Miro el índice. Más justo imposible. Uno de los textos se llama “Los Rolling Stones en el Earls Court”. Página 133 a 139. Menos tiempo que el disco que está sonando y que aún no le presté atención. Leo Amis: "La antesala del Earls Court Arena era un colosal estacionamiento subterráneo de autos de unos remotos y hacinados bares, tiendas de dulces y sucias máquinas de bebidas calientes. Normalmente, en un concierto promedio de rock se obtiene una homogénea muestra: los fans de David Bowie se parecen y se comportan como David Bowie, los fans de Bryan Ferry se parecen y se comportan como Bryan Ferry, etc. Pero todos son fan de los Stones." Vi a los Stones en Argentina hace ya unos cuantos años, cerca de veinte supongo. La verdad, creo recordar, la pasé mejor con los grupos preliminares. Creo que recuerdo eso, aunque ahora no pueda decir quién o quiénes eran. Termino el relato de Amis, y llego, a pesar del tiempo, las distancias, el idioma, los gustos, a una percepción parecida. Saco el disco de los Stones y vuelvo a poner en la bandeja el de Bill Evans, y ahora sí, decidido a encender el fuego.

City Bell, 22/06/13


En una estación de combustible me encontré con Ricardo “Mono” Cohen. Le pregunté sobre un afiche en calle 7 y plaza Italia. ¿Cuándo?
—Hace un tiempo.
—¿Año?
—¿1977?
—¿Pintado a mano o con xilografía?
—Bueno, supongo que con xilografía. El tamaño era más o menos así y así.
—Ah..., sabés, la memoria me resulta un poco complicada.
—Hay una historia y voy a tener que inventar la leyenda de ese afiche.
—Vas a sumar un dato más a la mitología de Patricio Rey.
—Necesito esa imagen, las palabras que están en esa imagen.
—¡Vos sí que sos rocambolesco!
Al despedirme, le regalé Una medida adecuada a todo. 

City Bell, Estación de Servicio YPY, en libreta de hule negra, 14/08/2013


Bufallo Springfield

     La primera vez que escuché ese disco creo que tenía nueve años, o diez, como mucho. Esto fue por 19.. , cuando mis padres aún estaban vivos. Habrá sido fuerte mi impresión, o de suma extrañeza, o de aburrimiento, aunque es difícil a esa edad. No quiero entrar en estas cuestiones, cada uno sabe o desea saber cómo fue en esos días. Lo cierto es que escuché ese disco en el viejo combinado de casa. Lo ponía una y otra vez, me tiraba al piso, las baldosas frescas, ahora lo recuerdo, todo nuevo, nada en desuso, el descubrir de la araña del techo, colgando de un cielo abierto. 

2014


III
AL PIE DE ESTOS DÍAS
    
      El humo de la lluvia disipa los colores primeros de la mañana. Es un extraño estado, un despertar camaleónico. La piel del perro, la piel de la gata, no dejan mojar el césped. Fuera de ellos todo es tierra, augurio de mejores tardes. Una risa blanca, sedosa, distante, entorpece el silencio abrumador de los cadáveres quietos. Respiran, ahora de manera visual, sus pechos se hunden, aspiran, se hinchan, expiran, y yacen como siempre frente a la pantalla inhumana. No es la hora aún de correr los muebles. Es necesario dejar la puerta abierta hasta sentir los primeros vientos.

      Y la lluvia por fin llegó. Y bebimos. Y cantamos. Y ebrios de un malestar bello, nos arrojamos al pozo, hasta que la noche nos cubrió de luces. Y cerramos los ojos. No los volvimos a abrir.

     Al principio no podía tenerle miedo, no sabía qué era, dónde ubicar su espectro, en qué casillero de la mente. Así que lo ignoré. Hice las cosas como siempre, nada fuera de la línea de vacío. Me afeité muchas veces, demasiadas, desde ese día o noche o apagón de agua. Un día desperté, la línea ya no estaba, y mi piel se sumergió otra vez.
 
     Los días fueron terribles. Las mujeres y los hombres abandonaban a sus niños, cruzaron la autopista hacia el lado del río. El lloro como el ulular de una sirena que se fue perdiendo o ahogando hasta quedar seco. Nadie recuerda qué pasó después.

City Bell, 02/01/2013

 
     Con los viejos amigos del teatro de máscaras nos proveímos de latas, plásticos y sogas. Fuimos a la playa al atardecer. Encendimos el fuego con ramas y hojas que juntamos desde el edificio de alto hasta los primeros peldaños de arena. No había nada para beber. Nos quedamos en silencio toda la noche, algunos mirando las aguas quietas, duras. Otros, unos pocos, boca abajo, aplastados, como moscas, en la negra arena.

      La historia carece de complejidad. En un cuadro realista de estos días, un perro aúlla. A lo lejos, en el fondo, no hay nada, no hay nadie. Y recuerdo cuando éramos lobos, cuando respirábamos algo parecido a la vida.
 
      Dentro de la olla el agua comienza a hervir. Apago la hornalla, dejo caer el papel picado que recogí durante el último año.
 
      La importancia de las cosas radica en buen desayuno, almuerzo y cena. Eso nos nutre, y nos deja estar tirados en el sofá a lo largo y ancho de los días.

City Bell, 01, 2013


IV
SIMETRÍAS
 
—¿Puedo besarte? —Esas cosas no se preguntan. Antes te regalé una piedra oscura, del mar de un jardín de palabras infinitas. Antes cortaste queso y pan y abriste el vino y nuestras copas se llenaron. Antes te preocupaste por las papas y la carne que aún esperan la última horneada. Antes ordenaste la mesa con platos y cubiertos y servilletas, y cenamos. Antes pusiste música desde la computadora portátil. Suave, fértil, ondulante. Antes jugué con una pelotita, y Emma la traía una y otra vez, hasta que se cansó de mí, y se entregó a tus ojos. Antes te pedí si podías bajar una de las luces. Antes nos recostamos en el sofá, y mi mano buscó la tuya, y se acariciaron un largo, largo, instante. Después del antes caminamos hacia la habitación. —Desvestíme—, dijiste, y así lo hice, despacio, para no lastimarte, para sentirte pegada a mí. Después del antes los labios se abrieron y tus pechos y tus piernas se dejaron acariciar, y un gemido y otro, sonaron deliciosos a la espera. Después del antes hubo algunas palabras, innecesarias, inútiles, vanas. Después del antes y ya con el desabillé, erguida sobre la cama, fumaste un cigarrillo. Después del antes me vestí, me acompañaste hasta la puerta, te preocupaste por el frío exterior que del otro me encargo yo. Después del antes te pedí sostuvieras mi sombrero, mi valija, mi saco. Después del antes te pedí mi saco y me lo puse y mi sombrero y me lo puse y mi valija. Y salí, a la madrugada, al ahora del baúl abierto, y nada empieza de nuevo en el preguntarte otra vez. —¿Puedo besarte?

City Bell, a la Mora, 9/10/2012


JORGE PAOLANTONIO

Es una tarde de frío. Mucho. En San Telmo por lo menos. Decido volver a casa, pero antes paso por el kiosco de esquina Perú y Carlos Calvo por el libro que recomendara Jorge Ariel Madrazo. No está. Estuve fuera del país cerca de un mes (quisiera aclarar esto: “estuve fuera del país”) y volví para cuando las devoluciones o el agotamiento o cosas así. Decía en la esquina de Perú y Carlos Calvo, y ahí lo veo caminando al Jorge Paolantonio, un poco rengo parecía, venía, sí, de la mano de Marta Miranda. Es lindo encontrarse con un escritor en la calle. Hola, Jorge! No te reconocí, me dice. No estoy del todo seguro si me recuerda. Por la barba, dice. Ah, me parece que sí. Estuvimos en el mismo momento en Italia. De ahí vuelvo. Yo estuve en Milán, ¿y vos? Primero por Eslovenia, después Italia: Trieste, Trento, conociendo la familia, Venecia, Florencia, Roma. Una pena no encontrarnos. ¿Vas al festival? ¿Qué festival? Bueno, no importa. Anda la sombra de la gripe por todo piringundin, hay que cuidarse, maestro. (“Que mi amigo es poeta/ dicen las viejas del pueblo/ y que pesca los versos/ en las aguas del Río Colorado/ y en la Cueva de los Manos/ pero yo digo/ no es creíble ni siquiera fiable/ que un hombre silencioso como el Mito/ pesque nada que no sea un resfriado/ tan magrito de carnes como viene/ tan muchacho/ tan sufrido/ tan callado”). Me encantaría seguir charlando con vos. Acerca de tus libros y del viaje. Pero, ¿viste?, es mejor que las calles queden vacías. Por el frío. O porque no nos dejan callejear. Un alegrón encontrarte, Jorge. Hasta pronto.

City Bell, 25-06-13


ROSARIO VALPARAÍSO 
(España, 1898 - Argentina, 1973)

“La Poesía es un artilugio para desnaturalizar las sensaciones corpóreas en la explicitud de un manto que intenta cubrir las partes del todo para que ninguna palabra pueda acercarse a la verdadera palabra que siempre se termina de tachar para que otra la reemplace en este devenir de fuego y viento y soledad”. 

City Bell, 06-13


POESÍAMUNDOPOETA

Otro Mundo
es posible


porque


es posible
otra Poesía


la Poesía
es


el poeta

City Bell, 02/12


1
OMBLIGOS Y OTRAS HABITACIONES
(Junio - 0ctubre, 2012)

Solosoluna 09.06.12
Oscura pared del amanecer 06.2012
Llovió todo el día 07.08.12
El aullido 30.08.2012
En este instante 18.09.12
En el chirriar 22.10.12

II
ROCANROL
(2012-2014)

III
AL PIE DE ESTOS DÍAS 
(2013)

IV
SIMETRÍAS Y OTROS


Foto de cabecera: "Naranjas", JMP

25/9/16

14/9/16

Se viene Antología breve


Homoludens. Poesía contemporánea.
José María Pallaoro / Antología Breve
(Selección de textos Paz Bongiovanni y León Peredo)

Pinturas de tapa e interior / Sergio Santini
(Libro en papel grueso, con láminas en papel vegetal, hechos a mano).


15/8/16

La mesa compartida


 La mesa compartida. 


City Bell, viernes 12 de agosto.

12/8/16

Villa 31, inauguración de la Biblioteca Popular Carlos Mugica


 VILLA 31, INAUGURACIÓN DE LA BIBLIOTECA POPULAR CARLOS MUGICA


     Leyendo con los poetas Daniel Freidemberg, Julián Axat, Pablo Campos y Carlos Aprea, en el acto de apertura de la Biblioteca Popular de Derechos “Carlos Mugica” (10 de agosto, alrededor de las 15 hs., en la Manzana 105, Casa 38).     





La nueva biblioteca comenzó a funcionar en el lugar decomisado en una causa penal por comercialización de estupefacientes y cedido a la Dirección General de Acceso a la Justicia de la Procuración General de la Nación por disposición del Juzgado Federal N°4 y la Fiscalía Criminal y Correccional Federal N°1. 


20/7/16

Como mirarse en el espejo

     Como mirarse en el espejo, y ver, ver un auto de la policía... Oh, nena, casi me corto el pelo, fue hace unos días, es un poco largo de contar, dame tiempo, ya estoy en el camino. 




(A David Crosby, Almost cut my hair)




1/7/16

Ella dice

ELLA DICE


Ella dice “de esta agua no beberé”,
pero el agua no respeta los deseos.

6/6/16

FESTIVAL DE POESÍA El regreso de los poetas


Ciclo de escritores organizado por:
CTCL (Centro de Teoría y Critica Literarias)
IdIHCS (Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales)
Cátedras de Teoría literaria I y II

FESTIVAL DE POESÍA
El regreso de los poetas
Aula C201

Miércoles 15 de junio
10hs Llamada poética: “Las brigadas de choque” (performance)
11hs Clínica de poesía: “Poesía popular argentina, claves para su enseñanza”. Coordinan: Mariano Dubín y Eugenia Straccali)
15hs Lectura de poetas: Mario Arteca, Horacio Fiebelkorn y Eduardo Rezzano. Coordina: Analía Pinto
16hs Lectura de poetas: Osvaldo Aguirre, Clara Muschietti y Laura Wittner. Coordina: Eugenia Straccali.
17hs Merienda
18 hs Lectura de poetas: José Villa y Carina Sedevich. Coordina: Osvaldo Aguirre.
19hs Diálogo abierto con los poetas: “Cartografías de la poesía actual” Jorge Aulicino y José Villa.


Jueves 16 de junio
10hs Clínica de poesía a cargo de Carlos Ríos: “La fábrica del poema”.
15hs Lectura de poetas: José María Pallaoro y Mariano Dubín.
16hs Lectura de poetas: “Poesía, memoria y generación”. Julián Axat, Juan Aiub, Nicolás Prividera. Coordina: Eugenia Straccali y Ramón Inama.
17hs Merienda
18 hs Cierre: Carlos Ríos: “El objeto del siglo y otros poemas”


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10/5/16

La claridad que pedía Edgar Bayley



          “La claridad” que pedía Edgar Bayley, pienso, creo, tal vez, no es la de decirlo todo, la de que el poema se lea en su linealidad y lo abandonemos apenas lleguemos al (punto) final. Todo poema que no nos permita sucesivas lecturas y preguntas y repreguntas, a mí no me satisface. Pero es una cuestión personal. Si no nos importa lo que queremos decir, ni las palabras que utilizamos (si leemos en un texto “padre” no tiene por qué ser el padre biológico), ni eso que llamamos ritmo o fraseo, me parece, nos estamos alejando de lo que llamamos poesía. (“(…) Y cuando al fin pude definir la claridad que yo buscaba / Advertí cuánto sueño y plumón y roja tierra / Y confusión y olvido hacen falta para comprender claramente / Y estar aquí con total lucidez sentado a la vera del camino / Avivando el fuego bajo el cielo y el polvo de las horas (…)”. Los tiempos están cambiando, ya sé, y la verdad es que me cuesta aceptar lo que me piden para adaptarme. 



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8/5/16

La palabra

LA PALABRA




     Cuando suponía que tenía hambre, mi padre me daba de comer. Aunque no siempre. Aún así lo esperaba ansioso, se acercaba hasta el borde de la pared, miraba hacia donde su intuición le indicaba encontrarme, y luego de su fracaso, se iba. Pero antes, hacía el simulacro de alimentarme. Mi padre tenía esas cosas, y otras curiosidades. El día de lluvia, o de las prolijas lloviznas, envuelto en un pedazo de lona, llegaba, con su gorra marrón empapada, y juntando los labios y haciendo un chirrido parecido al de algunos de esos animales pequeños, me llamaba. Yo no salía, por temor, aunque sabía que al otro sol o al otro, sería castigado. Él tenía esas cosas, extrañas. Lo extraño surgió de una conversación acercada por el viento. De esa noche conozco la palabra sin comprender del todo su significado. Un día mi padre no apareció. Fue reemplazado, y no fue lo mismo, aún extraño esos días de lluvia. Aún extraño la melaza del viento. 

.
City Bell, 20-09-2015




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26/4/16

Malverso lectura 26 de abril de 2016


Malverso 
lectura 26 de abril de 2016



30/3/16

Mis poetas favoritos

MIS POETAS FAVORITOS



         Una tarde, en la cama, me preguntaste cuáles eran mis poetas favoritos. Me quedé pensando, un instante largo. Luego, miré nuestros cuerpos, mi pecho pegado a tu espalda, te abracé, besé tu cuello, y te fui diciendo mis poetas favoritos, te los decía al oído, muy suave te los decía, “ayudame” te pedí, y pasaste tu mano por entre mis piernas, y me moví, despacio me moví, los dos curiosos, suspirando y jadeando, por mis poetas favoritos, hasta inundar la tarde con sus versos, y los nuestros que se escribían en ese atardecer, ahora.



26/1/16

Gabriel Impaglione, acerca de “Una medida adecuada a todo” de José María Pallaoro









UNA MEDIDA ADECUADA A TODO
(2009-2011)


El poeta va. No espera. Sabe que Ella se presenta de mil formas; a veces parece música que anda bajo el brazo, esa de tantos después que queman o que no. A veces también es una sombra que disuelve su gris bajo la lluvia. Sabe que desanuda laberintos —el estado pre-poético que anuncia escrituras no es un laberinto? — y entonces se arremanga, despliega la palabra en su melodía como un hilo que compone el verso y así canta, bajito, para que se escuche la respiración de aquello que en el fondo de la voz celebra la certeza de las  nuevas preguntas.

Me gusta la idea de imaginar la poesía del compañero leída a través del viejo teléfono de infancia, ese que inventábamos con un piolín y dos latas de tomate o algo así. —Años cincuenta?

¿Qué hay de los cincuenta en Pallaoro? Cuando terminaba la década nació en La Plata. Pero hay algo más. La primera luz. Pero más... Qué testimonio ha querido salvarse del naufragio de desmemorias y consumos y se aferra, desde los intersticios de esta poesía, para advertirnos que el tiempo no es otra cosa que un invento obsesivo, que lo esencial reside en hacerlo trastabillar, romperle el ritmo; está en nosotros cambiar la canción. Todos finalmente llegamos a la superficie y nos ofrecemos al sol desde una raíz que nos convoca y nutre. ¿Qué engranaje de aquella década mueve qué mecanismo del poeta?

Dar cuenta del contexto social como compromiso ante su realidad. Los versos que siguen, desde la personal interpretación de quien comenta, podrían ser un buen ejemplo:

“El fortalecimiento del ritual,
bajo la alfombra
donde las ratas
se alimentan
de nuestra feroz
inexistencia.”

Si la poesía asume protagonismo como metáfora de la política, será ella quien monte la proa del ahora para dar testimonio de lo que pasa. Y hacia dónde vamos y de dónde venimos. Otra vez este lugar común para referirnos a lo profético —pienso— pero... en un mundo atribulado por los índices de dioses falsos y escaparates sacros, la voz de los poetas será el agua. Y el fuego. Y el aire. Y será tu voz.

José María se nutrió de aquel existencialismo de los ’50, pero, adolescente, atraviesa los ’70 pelilargo y andante y aprende a rasguñar piedras, correr calle abajo rodando-rodando y a encender un fósforo detrás de los espejos para reconocerse en una generación hecha jirones bajo la bestialidad neolítica. Es necesario redescubrirse, parece decirnos, bajito, para que se sienta.

Cuando escribe: “…las ratas / se alimentan / de nuestra feroz inexistencia” nos habla de espacios abandonados a fuerza de no-te-metás y de estupidez suicida.

José María va siemprenuevo al encuentro de la poesía. Una y otra vez. No la espera. Escapa de noes y espejismos para abrazarla. Es vocacional y bien terrestre su poesía, callejera, urbana de guitarra llevar. Profunda, lúcida; de ronda de guitarra. Desde lo íntimo se hace colectiva. Trabaja. Es el ojo puesto en lo trascendente de la simplicidad, en aquello que nos humaniza.

“Tus dedos
acariciando los míos.”

El poemario comienza con noticias de un muro doloroso (despatria o desamor?) pero el poeta va, decidido, sin espera. Y nos habla de una casa que presiento con luz de mesa tendida y ronda de vino y canto. Luego cita claves y limones y entre flores que abren y cierran su puño se suceden versos que se abren y cierran en torno a una belleza que duele.

“Nada estalla de las manos
del solitario que escribe su poema
sin pájaros del deseo.”

Incansable José María va. La encuentra aquí y allá, entre sauces y álamos y por las esquinas, en la calle donde se pierde en el tiempo la silueta del amigo, en las madrugadas o la ciudad de los parásitos, en la muchacha del vibrador electrónico, sobre las cáscaras de piano, la señora que hace el trabajo manual encima del sofá con la tele encendida. José María nos habla de su perro Dylan, de Matías Vernengo y Lamborghini. Él nos lleva en su travesía a lo largo de estas páginas.

José María no la espera, la busca, la encuentra hasta desgajarse en ella.

Es allí donde “crezco / con una claridad / insospechada.”


Posdata al lector, con deseo:
Que el testimonio de esta travesía, íntima, profunda, multiplique los cielos de tu horizonte y sientas, por puro placer, la necesidad de releer una vez y otra, bajito, estos versos, para respirar una música que ha nacido en el corazón de un hermano.


Lanusei, Sardegna, septiembre 2012.


8/1/16

La rosa que oscurece en Mis poetas contemporáneos 2



“La rosa que oscurece”
en el blog


Gracias!