29/1/22

José María Pallaoro en revista Cultura Argentina enero de 2022




Blog
Aromito 

Escribí en junio de 2008: “El espiniyo se hizo AROMITO. Es una buena manera de decir que El espiniyo se toma un descanso. Hasta nueva ventura la revista de las cuatro estaciones como buena hermanita mayor compartirá poemas, libros, artículos, ensayos, sueños, ideas. “Un árbol sin hojas que da sombra” dijo Gelman de la poesía. Nace pequeña la sombra del AROMITO, tal vez. Pero crecerá, seguro, porque todo lo que se hace con amor, pasión, crece como "cielo o piel, silencio o verdad". Ojalá que los lectores, los amigos, nos acompañen”. En ese número cero de junio de 2008 homenajeamos a las MADRES, y también decíamos: “Sabemos que la democracia en nuestro país está amenazada (algunos no lo quieren ver así). No hacemos la vista gorda (o la vaca, en este caso) de lo que nos pasa. Los que más tienen quieren tener más. Y no es justo. La poesía y los poetas nunca han sido ajenos a la realidad, por eso muchos han entregado sus vidas intentando transformarla. ¿Es necesario que mencione a Bustos, Favero, Santoro, Urondo, algunos de nuestros más queridos compañeros poetas asesinados o caídos combatiendo a la última dictadura militar?”. 
Pasaron los años, y la situación es similar. Los grupos financieros a través de sus medios de “comunicación” desestabilizan la democracia, quieren domesticarla, nos colman de noticias falsas, nos quieren sumir en el desencanto y la derrota. 
Demasiado dolor en estos últimos años. En la primer pandemia que fue el macrismo. Las segunda a punto de cumplir dos años. Demasiadas pérdidas. Los cuerpos, los nuestros, que generan enfermedades. 
AROMITO intentó continuar a El espiniyo, no fue así. Se convirtió en un espacio que se nutre de mis lecturas, la de mi biblioteca. Tipeo (salvo algunas salvedades) los textos que leo en libros, plaquetas, cuadernos, revistas, suplementos… Cientos de esos textos “subidos” por primera vez a internet. Subo una pequeña parte de mis lecturas (que también nutren a otros blogs: Poesía La Plata, Poesía y Política, Poesía City Bell, Lo de Pallaoro, Mundo despierto, Libros de la talita dorada…; dos blogs personales, Los ojos y El sol de una mejor oportunidad). 
Hay más para contar, ni el momento ni el contexto me lo permite. Ojalá puedan visitar AROMITO, una parte de mí vive, habita ese espacio-hogar.


POEMAS

Laberinto
 
     No hay laberintos por elevación. Escribir es la única salida.


*
Arriba, lo real
Abajo, lo irreal

¿Y en el centro?
La red

donde yo te pesco
donde vos me pescás

donde el inmenso pájaro piensa
si caer sobre los dos

si dejarnos vivir abrazados aquí
en esta brisa que nos enciende


Ella escribe en la playa, escribe 
en su cuaderno de arena
Escribe indiferente 
a la marea que sube, 
a la marea que baja, escribe 
con sus piernas entrelazadas 

hasta que el atardecer no está 
y la noche amiga con su pelo 
En ese instante, se levanta y se va 
sin el cuaderno de arena, vuelve, 
vuelve a su casa, a cobijarse 
colmando de palabras 

mi corazón


Por el sendero de piedras 
camina 
lo que existe y su realidad 

En un banco junto a la pared de hiedra 
cerca del sauce y de la glicina 
y del membrillero frutado de insectos

la contemplación 

se plena de ternura 

y
has llegado


Las tacuaritas azules unen 
sus picos en la rama alta
y se dejan caer 

a la humedad de la lengua 
al gemido de las palabras 


En los días escasos sale 
con la bolsa de los mandados 
y penetra en el bosque 
Recoge piñas, cortezas, ramas pequeñas
La bolsa en su interior contiene bolsas 
vacías
y las llena de maderas
secas 
como uñas humanas
pelos
heridas que abandona
Piensa 
y regresa con sus manos 
repletas de un esplendor 
que junto al viento de otro amanecer 
soplará


Una mariposa en la máquina de coser 
con techo de corteza de árbol apolillado 
En lo azaroso una pava que fue y adorna 
la puerta del gallinero entrampada 
con la glicina y el ligustro 
y la manzanilla y los sillones 
y el sillón 
en el que sentado observo
una mariposa que ya no está


Huye del calor de las moscas
Hay una puerta de entrada
La traspasa y desaparece la puerta
Hay una exposición de pinturas
Hay un solo retrato de una artista que regresa
Para descifrarla se sienta en un taburete
Ve su cuerpo como un Buda en la arena
Ve sus manos que abrazan
Ve sus anteojos grandes
Ve sus ojos oscuros y bellos 
No puede salir de ese lugar
Un día se verá crecer hasta lo alto de ella
y la besará
y se quedará 
en el centro mismo de su frío


De Bajo la sombra del sauce, City Bell, enero-febrero de 2020, inédito 
(dos semanas antes del inicio de la pandemia)

*


La palabra escrita
 
     En el peligro de este mundo, en la maraña más oscura, en los labios incansables, abres tus piernas y me devoras. 


6/1/22

La partida




La partida

te vas a quedar solo 
pensalo bien 
no sea cosa que a la tarde 
entres a tu anochecer 
y cierren la puerta 
de la casa que habitaste 
hasta ahora 

o no lo pienses 
quedate solo 
sin luna y sin estrellas 
a la vera del camino 
que no sabés adónde va 

a nada bueno seguro 
da el primer paso 
y el segundo 
                      es la partida 
el atravesar hacia ningún lugar 


City Bell, 6 de enero de 2022, 1/2día 

2/1/22

Poemas inéditos en Calibán




POEMAS DE JOSÉ MARÍA PALLAORO 


City Bell, 19 de noviembre de 2021, inéditos


No recuerdo el tiempo en que ingresé a esta prisión 
Yazgo solo en una pieza diminuta 
Cuando duermo los desconocidos abandonan comida 
y elementos para el aseo y un lápiz y un cuaderno de hojas blancas 
que cubro de palabras y dejo cerca de la puerta 
Cuando despierto veo el nuevo cuaderno, y un lápiz 
que me permitirá, creo y deseo, escribir lo callado 


¿Y si no me fuera permitido 
decir las palabras que quisiera? 
¿Las dejaría 
en mi pensamiento 
solas
abandonadas
sin sentido
sin voluntad de hacerse sombras 
en la página? 


Pide nada, o sea, pide en silencio lo que necesita 
Ahora en su necesidad complacida se pone las medias equivocadas 
Desde sus pies legibles crecen 
sus piernas, sus muslos, sus pechos, sus ojos 
Hermosa vos en el instante de las innecesarias palabras 


Algunos de sus dichos 
quisiera recordar, pensó 
O lo dijo en una voz tan baja 
y tan incomprensible 
que apenas pudo guardar 
en un recóndito lugar de su cabeza 
Ahí, en la que ahora se golpea 
en el intento de que caiga 
alguno de sus dichos 
alguno de esos 
que nunca la lastimaron 


Lo miró como a un extraño 
Sin embargo los últimos años 
convivieron juntos 
en la misma casa 
sin espejos en que reflejarse 
sin vislumbrar siquiera que son dos desconocidos 
que no se aguardan 
que no se esperan 
que están ahí 
uno dentro del otro 
ocupando el mismo espacio 
que siempre está vacío 


Dormíamos en el oasis 
Al despertar no te encontraba 
Amanecía en una ciudad sin nombre 
Caminaba sus calles 
Visitaba lugares 
Un parque 
Una iglesia 
Entraba 
Y veía los bancos desiertos 
Las velas sin luz 
Dormíamos en el oasis 
Y al despertar no te encontraba