6/7/11

Una estampa pegajosa en la blanca y vacía pared



JUEGOS


Hay un juego que llaman El ahorcado. Simplemente, se necesita papel y lápiz y un otro para jugarlo. Pero estoy solo. Y aún así, contra el yo-el mismo, lo juego, catorce veces. Termino colgado, figuradamente, siempre, si no fuera por esa sombra que péndula, cada vez más lenta, más lenta, como una estampa pegajosa en la blanca y vacía pared.


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