6/10/14

El humo de la lluvia

El humo de la lluvia disipa los colores primeros de la mañana. Es un extraño estado, un despertar camaleónico. La piel del perro, la piel de la gata, no dejan mojar el césped. Fuera de ellos todo es tierra, augurio de mejores tardes. Una risa blanca, sedosa, distante, entorpece el silencio abrumador de los cadáveres quietos. Respiran, ahora de manera visual, sus pechos se hunden, aspiran, se hinchan, expiran, y yacen como siempre frente a la pantalla inhumana. No es la hora aún de correr los muebles. Es necesario dejar la puerta abierta hasta sentir los primeros vientos. 





City Bell, 02 01 2013.-
Foto: Jmp.- 

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