10/9/11

Acerca de Setenta y 4 TODA POESÍA ES POLÍTICA por Carlos J. Aldazábal


TODA POESÍA ES POLÍTICA
Sobre Setenta y 4, de José María Pallaoro


por Carlos J. Aldazábal



Toda poesía es política. Olvidar lo político de lo poético, a esta altura de la Historia, es una confesión de ingenuidad que no puede entenderse más que como una toma de partido: la poesía aséptica, la poesía en estado puro, la poesía escindida de la sangre y la memoria.
José María Pallaoro elige el otro camino: poética política con los pies en el barro, lenguaje que husmea los recovecos del pasado para invocar la esperanza colectiva del presente.

“Setenta y 4”, el año que nombra el título, es señal de elegía, elegía por la utopía perdida, por el país que no fue, por la sangre derramada de los estudiantes. Por las víctimas de la triple A. Ese lamento va, paulatinamente, girando hacia una erótica del presente: sensualidad de adolescentes que militan, pero también de país que recupera su tradición de lucha: semilla de los hijos que empieza a germinar en el diamante angular del nuevo tiempo.

Sin temor al panfleto, Pallaoro politiza los poemas, con la certeza de que esas palabras también son disparos para vencer al enemigo, los indecentes cultores de la muerte que en los 70 arrodillaron al pueblo en el maíz. Los impotentes del nuevo tiempo, que se volvieron retóricos: palabra vieja cargada de inmundicia que, sin embargo, incita lucidez, ojos abiertos.

En este sentido, Setenta y 4 también habla de una reconciliación: el reencuentro del pueblo con la militancia. La militancia, que en los 70 fue abandonada por el pueblo (Las fuerzas populares/ van perdiendo popularidad/ y quedamos solos/ en la vereda opuesta, dirá Pallaoro), vuelve, ahora, a tomar su mano de cara al futuro, en un presente promisorio que es necesario defender.

Lejos de los “poetas faranduleros” de los que habla Alberto Szpunberg en el prólogo, el libro de José María Pallaoro se convierte en “Rosebud”, palabra trineo que trasmuta la poesía del dolor y del luto en poesía esperanzada. Sentido de lo humano que, a diferencia del Rosebud del Ciudadano Kane, Pallaoro recupera en el espesor político de sus versos.

La publicación de este libro en el suri porfiado confirma la búsqueda editorial que el sello inauguró en 2007, y que ha cristalizado en un catálogo de más de 50 títulos: diversidad poética por fuera de los espasmos esnobistas. Diálogo intergeneracional que, en el caso de este libro, encarnó en la preocupación de Julián Axat por difundir la poética de Pallaoro, poeta referencial de la Ciudad de La Plata.

En la tradición de la poesía política, a la que tanto aportó la generación del 60, con Alberto Szpunberg como representante, entre otros importantes nombres, José María Pallaoro inscribe su marca. Libro que primero fue blog, aunque antes fue lágrimas y sangre. Libro maduro de poesía política que nos invita a reflexionar y a emocionarnos.


Carlos J. Aldazábal (Salta, 1974). Poeta, ensayista, editor y periodista cultural. Coordina el Espacio Literario Juan L. Ortiz en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Vive en Buenos Aires.

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