17/6/11

No descuidar sus raíces


ÁRBOLES


La zanja hace meses está anegada, una perdida, algo subterráneo que intenta ser superficie.

El palo borracho hace el cuatro perfectamente.

Algunos fresnos, abedules, álamos y sauces, aferrados a la soledad acuosa, se deslizan hacia el este de la calle, no tan lejos del ancho río.

No hay que descuidar sus raíces, imposible trasplantarlos cuando casi acarician el cielo.

Lejanas tierras los esperan, piensan algunos vecinos.

Muchos árboles se trasplantan, agregan otros.

Esos árboles ahí nacieron, simplemente no hay que descuidar sus raíces. Simplemente, no hay que acumular botellas vacías en la vereda inhóspita.


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