En la vieja estación, a la hora de la bruma, pasa la soledad; va, solita, sin brisa, viento ni tempestades, hacia los cuatro extremos del mundo. Los sueños descansan en regresos y puntos de partida. Quietos y fríos en su larga noche. Y así, siempre.
Como palabras muertas, donde el oscuro día se refleje. Palabras, muertas, como vapor que se disipa en cualquier rincón del mundo, como hombre de hielo disolviéndose bajo el caduco sol.
La palabra es sol en boca de los jóvenes estudiantes
El sol como claridad en los confines del país
Los carabineros muelen el frío intentando tapar el sol con sus armas
La palabra de los estudiantes trae el sol de los libros que vendrán
De la eterna belleza que se está construyendo
Para Manuel Gutiérrez Reinoso, 16 años,
pequeño mártir de la movilización estudiantil chilena.
Ahora que ya no está, los ojos se ponen tristes, y es mejor cerrarlos. Se puede llegar a creer que hay transmisión de pensamientos; pero los ojos, completamente oscuros, siguen tristes, y no somos perros ni forasteros del campo, y el sol desaparece y no nutre idea nueva ninguna; ahora que ya no está como ese hermoso rubí que se extravió, en la nada, en la nada.
En las páginas de la revista, el lector encontrará secciones donde se publican las producciones que los chicos realizaron en los talleres escolares coordinados por Marisa Negri. Contiene además un valioso material relacionado con la poesía que consiste en una serie de columnas que responden a la consigna ¿Cuándo empezó a escribir poesía y cómo sucedió?, especialmente escritas por los poetas Diana Bellessi, Mercedes Roffé, Alberto Muñoz, Javier Cófreces, María del Carmen Colombo, Leonardo Martínez, Claudia Prado, Eduardo Mileo, Angela Pradelli, Lucio Madariaga, Alejandro Méndez, Graciela Zanini, Ana Lafferranderie, Mercedes Araujo, Soledad Castresana, Julia Magistratti, Paula Aramburu, Romina Freschi, Sergio de Matteo, Joaquín Valenzuela, Carlos Aldazábal, Silvia Castro, Florencia Walfisch, Alejo González Prandi, Natalia Litvinova, Javier Galarza, Alejandra Correa, Marisa Negri, Valeria Cervero, Catalina Boccardo, Gabriela Franco, Marcelo Carnero, Victoria Schcolnik, Paulina Aliaga, Miguel Martínez Naón, Silvia Camerotto, José María Pallaoro y Gisela Galimi; además de las artistas visuales Inés Abeledo y Ana Adjiman, todos participantes de este Segundo Festival.
Si bien la revista será distribuida gratuitamente entre los alumnos y participantes del Segundo Festival, tiene también un precio de tapa para todos aquellos que quieran comprarla, y colaborar así con la compra de libros de poesía para las bibliotecas escolares.
El valor de la misma es de 20 pesos.
Pueden solicitarla por mail a: poesiaenlaescuela@gmail.com
La ESB 186 vuelve a abrir sus puertas al festival y esta vez suma a la EP 97, escuela primaria con la que comparten el mismo edificio.
Esta es la programación para ambas escuelas:
Martes 13 de septiembre de 2011 SEDE: EP 97, Avelino Díaz 500 Villa Celina, La Matanza / Escuela Primaria
8.00 a 9.30 hs. Taller: Gabriel Acuña Rodríguez sobre textos de Jaime Sabines
9.30 a 11.00 hs. Mesa de lectura
José María Pallaoro lee a Roberto Themis Speroni
Natalia Molina lee a Roberta Iannamico
Clara Vasco lee a José Watanabe
Marcelo Carnero lee a Leopoldo María Panero
Victoria Schcolnik lee a Sharon Olds
Jueves 15 de septiembre de 2011 SEDE: ESB 186. Avelino Díaz 500, Villa Celina, La Matanza / Escuela Media
8.00 a 9.30 hs. Taller: Claudia Prado y Maricel Santin
9.30 a 11.00 hs. Mesa de lectura
Claudia Prado lee a Wislawa Szymborska
Maricel Santin lee a Idea Vilariño
Natalia Litvinova lee a Anna Ajmátova
Juan Linares lee a Fernando Pessoa
Blog de literatura de la escuela: www.esb186.blogspot.com
Los fantasmas del día irrumpen en la casa del que siempre se está yendo. Revisan habitaciones, alacenas, escondrijos del que nunca vendrá. Se miran, preocupados y temerosos de la respiración pasajera que cae sobre la alfombra como piedra de la mano. Luego, quedan solos, en la sala adormecida, observando el balanceo de la mecedora de caoba, con refuerzo lumbar y manchas de sangre, que poco a poco se va secando.
Sin destino de entrar a la cancha,
corro por la calle, y vuelvo a casa.
Con una gran pena y el corazón partido.
Es hora de tomar
la guitarra y riffear toda la tarde.
Tararear tan
lejos del riachuelo,
de tus lentes oscuros;
soy mendigo
del poema sin caminos a mí.
Nena, ningún rocanrol podrá
salvarme de este día.
El siglo no parió
ningún buen rocanrol.
Oh, sí, una inmensa
pena y los lentes siguen
empañados.
Hemos crecido bajo el concepto de la devoración del héroe. Las enciclopedias en ese momento y lugar pasaron de moda y belleza. Comimos del carbón su quebradizo despojo, sembrados en pozos construidos por nuestros padres. No vimos, ni participamos del inicio del fuego. Las cenizas que quedaron, primigenias sustancias asonantes, no se detuvieron jamás y permitieron reconstruir la historia a nuestra manera, a nuestro sano juicio.
Amanece. Pelo una de las naranjas que junté al anochecer. Tiene poca cáscara y es muy jugosa. Riquísima, como fruta del despertar. Un momento feliz, se diría. Aunque algo incomoda, un zumbido extraño que hiere los oídos, que hiere, lastima, lacera. La radio, imperceptible hace unos instantes, ahora, la siento, encendida de odio, estupideces y mentiras, repitiendo tapas de diarios de infiernos que no vendrán. Carezco de estómago para tanto. Pero nunca hay que olvidarse del enemigo, el verdadero, pienso. ¿Es así? No lo sé. El que sabe es mi estómago. Exprimo un limón. Desenchufo la radio. Pelo la segunda naranja, y me dispongo a disfrutar, lo mejor posible, del día.
. Foto: Jmp LA CORPO MEDIÁTICA EN VOLVER, HACIENDO PATITO
La ciudad de la sensatez. La ciudad del sentido común. La ciudad de la belleza. Así la llamaban gran parte de sus habitantes (otros, muy pocos, ombligueaban complacientes el ni de la apariencia). No eran necesarios, entonces, psiquiátricos y hospitales, y los borraron con topadoras y máquinas de extrañas siglas. Dejaron solo algunos escombros en sitios estratégicos y los pintaron del color del sol.